“Vamos a extrañar a Chavita”, amigo del fraccionamiento Las Lilas

Sus amigos lo recuerdan como un joven educado y tranquilo al que gustan los videojuegos

Román Ortega | El Occidental

  · viernes 18 de febrero de 2022

Vecinos y amigos de Chavita se dijeron sorprendidos al darse cuenta de que en realidad no era hijo de las personas con las que vivió durante 16 años. Foto: Román Ortega | El Occidental


Vecinos y amigos de Chavita, quien vivía en el fraccionamiento Las Lilas, en el municipio de El Salto, se dijeron sorprendidos al darse cuenta de que en realidad no era hijo de las personas con las que vivió durante 16 años, desde que fue robado un día después de haber nacido, el 14 de diciembre del 2005 al Hospital 45 del Seguro Social.

"Sí estamos sorprendidos de la situación de esta señora, que ni nos imaginamos que era”, detalló Josefina.


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Sus amigos lo recuerdan como un joven educado y tranquilo al que gustan los videojuegos y los deportes, particularmente el fútbol y basquetbol.

Señalaron que lo van a extrañar ahora que se encuentra con sus padres biológicos.

"Sí lo vamos a extrañar. Normalmente jugábamos free fire, vamos a jugar basquetbol, fútbol, también salíamos en bicis", apuntó un amigo.

“La verdad sí (los vamos a extrañar). Era muy lindo el niño, salía mucho a la calle a jugar normal pero no tenía vicios ni nada, era muy bien portado, muy respetuoso con su mamá y con todos", señaló una amiga.

El pasado miércoles, el día en que fue localizado Chavita, los vecinos vieron por última vez a Alejandra, la mujer que creyó era su mamá por 16 años.

"Yo la vi. Estaba sentada en la barda en la esquina, estaba sentada, cómo esperando a que no estuvieran", recordó una vecina.

El papá no biológico de Chavita es comerciante en los tianguis y tiene otros dos hijos, indicaron los vecinos. Ninguno de ellos ha sido visto desde el miércoles.

Las entrevistadas indicaron que Alejandra era maestra y sabía algo de enfermería: “Si un señor que ocupaba que lo inyectaran o así, ella lo canalizaba”.

Salvador vivía con su antigua familia desde hace aproximadamente de 2 años en una casa ubicada en la esquina de las calles Begonia y Celosía, el día de hoy se encuentra cerrada y con un perro vigilando la entrada.

En el ingreso de la casa hay un altar, con un Cristo, una virgen de Guadalupe, y una veladora, así como un perro que resguarda la vivienda.