Murió José Luis Gallardo Parra, quien era el responsable del secuestro y homicidio agente de la DEA, Enrique "Kiki" Camarena. Éste falleció en el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde de Guadalajara por complicaciones en su estado de salud.
Él estuvo 11 días hospitalizado en ese nosocomio, en el área de Nefrología, según confirmaron a El Occidental, fuentes extraoficiales del complejo penitenciario de Puente Grande.
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Fue ingresado el 16 de abril por disnea, sin embargo la causa de muerte fue arritmia cardíaca complicada con neumonía bacteriana, sepsis y enfermedad renal crónica en etapa 5.
Fue su hija quien reclamó el cuerpo ante las autoridades del hospital, ya que al ser la causa de muerte por enfermedad no se le practicó necropsia.
Por su estado de salud, había promovido en 2014 el beneficio de la libertad anticipada, la cual le fue negada, ya que no había cumplido la cantidad de años en prisión que se requerían para tal solicitud.
Gallardo Parra, alias "El Partita" o "El Güero", de 75 años de edad, estaba preso en la Comisaría de Sentenciados antes Centro de Reinserción Social (CRS), en donde cumplía una condena de 86 años de cárcel por ser el autor material del secuestro y muerte del agente Enrique Camarena Salazar y del piloto Alfredo Zavala Avelar, ocurrido de 7 de febrero de 1985 en el exterior del Consulado de los Estados Unidos en Guadalajara. Fue uno de los pocos sentenciados por ese caso.
Aquel día, José Luis Gallardo y otros integrantes del Cártel de Guadalajara esperaron al agente estadounidense y lo abordó a un vehículo Volkswagen Atlantic, para luego trasladarlo a una finca de la colonia Jardines del Bosque, en donde se encontraba Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo alias "Don Neto". Gallardo fue el encargado de la tortura de "Kiki".
El 5 de marzo de 1985 aparecieron los cuerpos de Camarena y del piloto, mismos que estaban inhumados clandestinamente cerca del rancho La Angostura, Michoacán.
Jose Luis fue ingresado al penal Preventivo de Puente Grande el 25 de marzo de 1987 y después el 9 de enero de 1990 fue trasladado al CRS. Dentro de ese reclusorio era el amo y señor de la industria del piteado, ya que hizo que que la población penitenciaria trabajara para él. También sufrió un intento de homicidio al interior de ese centro penitenciario.