Son pocos los policías tapatíos que reciben atención psicológica

El 23 de enero de 2017 un elemento tapatío se suicidó en Marcelino García Barragán

Elizabeth Ibal / El Occidental

  · lunes 25 de marzo de 2024

Algunas corporaciones reciben capacitaciones para proporcionar a los elementos herramientas para el manejo efectivo del estrés y factores de riesgo psicoasociados al trabajo. Foto. Policía de Guadalajara / Facebook

La agresión a balazos de una mujer policía hacia su superior jerárquico por problemas laborales puso en evidencia la falta de atención psicológica a los policías de Jalisco y de la la Zona Metropolitana de Guadalajara en el manejo del estrés y demás situaciones que a diario deben enfrentar.

Solamente corporaciones como Guadalajara, Tlajomulco, Tlaquepaque y Zapopan dan atención a su personal policial, sin embargo el resto de las corporaciones omiten ese aspecto.

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Miguel Ángel Hermán Arteaga, presidente del colectivo Unidos por la Seguridad, afirma que de las 127 corporaciones de seguridad de la entidad menos del 10% les otorga terapias, cursos y talleres para el manejo de situaciones de conflicto psicológico. “Por desgracia está en el olvido este tema del apoyo psicológico en compañeros activos. De entrada somos 125 municipios, el estado serían 126 y Fiscalía 127 corporaciones, pero de estas ni el 10 les brinda seguridad social, ni un apoyo psicológico como debe de ser. Me atrevo a mencionar que únicamente son las cuatro corporaciones metropolitanas las que les brindan un apoyo psicológico”.

El comandante o superior inmediato debe ser quien en primera instancia debe derivar a atención psicológica a los oficiales al ser detectados con un conflicto, in-cluso los propios elementos deben pedir que se les dé ayuda emocional por el simple hecho de manejar armas de fuego.

“Nosotros como oficiales de policía debemos y podemos exigir que se nos brinde una terapia. Muchos dirán ‘no estoy loco, estoy bien’ pero sí la necesitamos más después de un enfrentamiento, un suceso donde incluso puede no haber muertos, pero sí la adrenalina y las emociones debemos saberlas canalizar. Muchas veces nos tragamos el sentimiento y después detona”. Cuando un elemento solicita atención psicológica el arma se les retira para que su integridad y la de las personas a su alrededor no esté en riesgo. Asegura el líder el colectivo Unidos por la Seguridad, que al menos en la Comisaría de Guadalajara se tiene la obligación de enviar al personal a atención psicológica si se detecta alguna anomalía en la conducta del personal.

Algunas de las principales preocupaciones de los oficiales es que la delincuencia pudiera infiltrarse en su vida personal. Foto. Policía de Guadalajara / Facebook

A través del Consejo Consultivo de Seguridad Pública algunas corporaciones reciben capacitaciones para proporcionar a los elementos herramientas para el manejo efectivo del estrés y factores de riesgo psicoasociados al trabajo que puede afectar el desempeño de sus funciones.

“En estos cursos se pretende que ellos conozcan algunas técnicas de relajación muscular profunda, de la depresión y del suicidio." Francisco Gutiérrez, psicólogo forense del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, de la Universidad de Guadalajara, realizó un estudio en 2018 que detectó que factores como las condiciones laborales son causa de algunos de los problemas psicológicos que enfrentan.

Imparte cursos a diferentes corporaciones policíacas en los que ofrece herramientas para identificar factores de riesgo psicosocial asociado a su trabajo. Considera necesario que se les debe impartir talleres con metodología participativa.

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“Las áreas de vida del policía se afectan clínicamente significativa en la pareja, la calidad de sueño y la alimentación. En estos cursos se pretende que ellos conozcan algunas técnicas de relajación. Poder hablar de los síntomas de ansiedad, de la depresión, temas de suicidio en los policías a partir de un agotamiento emocional, el llamado Burnout”, señaló.

Algunas de las principales preocupaciones de los oficiales es que la delincuencia pudiera infiltrarse en su vida personal. “La otra situación es la condición alimentaria ya que algunas veces tienen que recurrir a la comida rápida, hay una exigencia de que no haya sobrepeso y las evaluaciones que hacen constantemente de cuestiones físico­atléticas y a veces les preocupa que vayan a recibir algún tipo de amonestación. Internamente la relación a veces con los mandos, que es un proceso de cada tres años. La cuestión económica, los salarios. Algunos elementos llegan a comprar materiales de su uniforme, de mejor calidad, con sus propios recursos”. Este tipo de problemáticas deriva en uniformados que atentan contra sus vidas.

El 23 de enero de 2017 un elemento tapatío se suicidó en Marcelino García Barragán; el 9 de octubre de 2017 otro intentó quitarse la vida en las instalaciones de la Calzada Independencia; el 20 de abril de 2019 un oficial de la Comisaría de Zapopan se quitó la vida mientras estaba de servicio en Bosques del Centinela; el 31 de enero de 2021 un policía estatal lo hizo con su arma de cargo en las instalaciones de la Comisaría Estatal Regional; el 4 de agosto de 2021 un estatal se suicidó en Casa Jalisco estando de servicio; el 14 de junio de 2023 ex policía de Tlajomulco agredió a sus hijos, quedando uno muerto y luego se suicidó; el 22 de noviembre de 2022 se quitó la vida un oficial de la Guardia Nacional en una base de Tepatitlán.

El 29 de febrero una mujer policía de Tonalá, con 16 años de trayectoria policial, agredió a balazos a su comandante.