Las personas privadas de la libertad en el Reclusorio Femenil de Puente Grande, en el Centro de Atención Integral Juvenil del Estado de Jalisco (CAIJEJ), y en los Centros Integrales de Justicia Regional (Ceinjure) de Puerto Vallarta, Ciudad Guzmán y Lagos de Moreno, desarrollan talleres cartoneros como parte de la política pública Reinserción Segunda Oportunidad.
Estos talleres cartoneros son un modelo de escritura y edición de libros comunitario y artesanal, con reciclado de cartón, presente en América, África y Europa.
Gonzalo Gael, Alexis Osvaldo, Óscar Armando, Fernando, Vicente, Ricardo Antonio, Víctor Daniel, Fernando Emanuel, Martín Calvín, Brian Alejandro y Luis Pablo, son jóvenes internos en el CAIJEJ, quienes ahora son autores de un libro testimonial colectivo denominado Palabras a la distancia, mismo que fue impulsado por la Dirección General de Prevención y Reinserción Social, así como por las editoriales La Rueda Cartonera y Viento Cartonero, con el patrocinio del proyecto Prisoner Publishing de las universidades británicas de Surrey y Cardiff.
Palabras a la distancia, fue presentado en el CAIJE, por el director General de Prevención y Reinserción Social del Estado, José Antonio Pérez Juárez, con los autores, sus familiares, los talleristas Sergio Fong, Israel Soberanes y Blanca Estela Briones; así como con la presencia virtual de Lucy Bell, de University of Surrey, y Joey Whitfield, de Cardiff University.
“Los talleres cartoneros son parte de este programa que propicia la creatividad y la reflexión (...) es abrir la puerta a la imaginación y poder darle oportunidad a quien quiere, de decir lo que siente, lo que piensa e inclusive muchas veces lo que habremos de hacer", indicó Pérez Juárez al recordar que Livier González hace un año le propuso el género literario cartonero como parte de los programas que se desarrollan al interior del sistema penitenciario.
El antes mencionado, es el segundo libro generado por el Programa Penitenciario de Talleres Cartoneros, que también se desarrolla en el Reclusorio Femenil de Puente Grande, donde ya se presentó otro de nombre Espejo y viento.
A través de los talleres cartoneros, las personas privadas de la libertad conocen el lenguaje como aptitud propia de reflexión y conocimiento, se convierten en autores literarios de sus historias personales y experimentan a los libros como artefactos culturales al alcance de su mano y de su mente.