Un policía estatal no regresará a casa por falla del C5

El argumento de los radioperadores fue que el cruce reportado por los atacados aparecía en varios municipios

Elizabeth Ibal | El Occidental

  · martes 7 de julio de 2020

Foto: Cortesía

El Centro de Comunicación C5 falló este martes durante el ataque en contra de policías estatales ocurrido en Balcones de Oblatos, en Guadalajara; el argumento de los radioperadores fue que el cruce reportado por los atacados aparecía en varios municipios. Ello hizo que se perdiera tiempo valioso para salvar la vida del oficial, quien murió esperando la ayuda.


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A las 18:40 horas, un grupo armado que portaba chalecos con insignias de la Marina, atacó a dos oficiales de la Secretaría de Seguridad del Estado que realizaban su rondín por la calle Hacienda los Pozos y Hacienda el Castillo, de la capital de Jalisco. Los uniformados repelieron la agresión pero fueron alcanzados por las balas. Mientras tanto los agresores huyeron.

Uno de ellos presentaba heridas leves, por lo que con desesperación e impotencia vía radio pidió ayuda a la cabina: "Todavía está respirando el compañero, por favor, envíalo (el apoyo)... No hay ninguna de B15 (policía de Guadalajara) ni nadie, maldito B15 no está aquí. Aquí estoy yo (inaudible) diles que ya lleguen", suplicaba el policía para que se enviara una ambulancia.




Mientras eso pasaba, el C5 era un caos, no se sabía a dónde enviar las unidades de apoyo.

Primero se reportó que era en Hacienda Los Pozos y Hacienda La Candelaria, en Tonalá; cuando las unidades se movilizaban se descartó; entonces se presumía que era en el mismo cruce, pero en Las Pintas, en El Salto; hasta que finalmente se confirmó que era en el municipio tapatío.

De acuerdo con un parte interno de la Comisaría de la Policía de Guadalajara, debido a la confusión en dicho Centro de Comunicación, se decidió enviar unidades a la emergencia hacia a los polígonos aledaños y enviar al helicóptero Zeus para verificar y auxiliar a los estatales.



Al saberse el punto exacto, llegó una ambulancia para brindarle la atención, al elemento reportado grave, pero la ayuda ya no era necesaria, ya había muerto en cumplimiento del deber.

De inmediato a la zona llegaron decenas de patrullas municipales y estatales, pero ninguna de ellas le devolvería la vida.

Él murió como su padre Ramón Águila Espejo, quien también fue policía del Estado, a éste también de forma cobarde la delincuencia le arrebató la existencia en la emboscada en San Sebastián del Oeste en 2015.