Hace justo 8 años, Raquel vio por última vez a su hijo Alejandro Trinidad Escobedo, antes de que él se fuera a un sepelio al municipio de Tequila; ella le advirtió que no fuera, pero no fue escuchada. Desde entonces nada se sabe del joven, mientras que las autoridades no le han dado avance alguno sobre su búsqueda, menos sobre quiénes se lo llevaron. Para ella el Día de las Madres no significa nada, porque no tiene el abrazo de su hijo.
Fue el pasado 11 de mayo de 2013 cuando Alejandro salió de su casa, por lo que este martes se cumplirán ocho años de tormento y angustia para su mamá Raquel Trinidad Escobedo, al no saber en dónde está su único hijo.
Al día siguiente de esa fecha y al ser enterada de que su hijo no había llegado a dormir, le llamó a su celular al igual que su nuera, pero a ambas les contestó un sujeto, quien les dijo múltiples ofensas.
"Con mi corazón de madre empecé a gritarle que qué pasaba, que me regresaran a mi hijo. Fue cuando me dijo unas cosas muy feas y yo seguí llamando porque me colgó. Llamé y llamé, pero ya no respondió".
En ese momento era requisito esperar 72 horas para iniciar una búsqueda, por lo tanto fue imposible que las autoridades se movilizarán en ese momento.
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Desde entonces, fechas como el Día de las Madres, son difíciles para ella: "Para mi es horrible porque ya no tengo el abrazo de mi hijo y como era único, entonces yo veo que a mis hermanas les llevan su regalo. Lo extraño mucho, porque él siempre me llevaba mi pastel de chocolate, como a él le gustaba también", expresó entre llanto.
Ella, como muchas madres más, aseguran que no hay nada que celebrar ese día: "El corazón lo tenemos destrozado. Como les digo yo, para nosotras no hay fiesta, es un día de lucha, de protesta".
"Lo veo como si fuera ayer, más cuando se acerca la fecha de su desaparición y va pasando año tras año. Cada que hay un desaparecido yo vuelvo a vivirlo, me da mucha tristeza por las nuevas mamás que vienen atrás de uno", expresó con voz débil.
Asegura que para las autoridades ya son normales las desapariciones, pero no así para sus familias. Además de que siguen revictimizando a los desaparecidos.
Recuerda como fue revictimizado su hijo: "que debería estar más al pendiente de mi hijo, que en qué trabajaba, ya les decía yo y me decían 'que no sabía que eso es muy riesgoso', creo yo que no es delito comprar y vender carros. Pero desgraciadamente ya ahorita lo revictimizan a uno y revictimizan a la persona que está desaparecida".
Por la angustia de no saber nada de Alejandro, Raquel se derrumbó, sin embargo sus nietos se convirtieron en su principal fortaleza.
"Ya ahorita son adolescentes de 13 y 9 años, son mi razón de vivir y la fuerza que me dan ellos para seguir adelante en mi lucha y en la búsqueda de su papá".
Los pequeños siempre le preguntan por su papá y si continuará con su búsqueda, contundente les responde que lo seguirá buscando durante todos los días de vida.