A cuatro días del enfrentamiento que se registró en la colonia Las Huertas, en Tlaquepaque, los habitantes de la zona perciben tensión y miedo.
Las calles lucen desoladas, casi vacías. Ocasionalmente pasa una persona caminando por la calle Papaya, entre Piña y Guayaba, en donde se dio la balacera.
Antes de la balacera el panorama era diferente: "Aquí es una zona muy concurrida porque está cerca el jardín de niños, pasan personas: hombres, mujeres y niños, pasan cuando van al campo de fútbol y en estos días ha estado desolado", explicó una mujer que barría la banqueta de su casa.
Los vecinos de estas calles solo salen de sus casas para asuntos muy necesarios: ir por los niños a la escuela, a trabajar o comprar la comida.
Chécalo:
“Se siente desolado, se siente triste, inseguro, eso es lo que se percibe en las pocas personas que salen hacer sus compras necesarias. En realidad, está vacío las casas están cerradas la gente está muy preocupada asustada", señaló una comerciante pidió omitir su nombre.
Sobre la calle de Papaya entre Piña y Guayaba, hay dos fincas aseguradas y con los sellos de clausura que fueron colocados por personal de la Fiscalía del Estado, y qué decir de los vecinos eran utilizadas por los sujetos que atacaron a los agentes investigadores desde hace un par de años.
“No hablaban con nadie, si acaso saludaban. Nunca sospechamos algo raro, eran bien vestidos, no se metían con nadie”.
Exigen justicia por Sergio
Exigen justicia los familiares de Sergio Rodríguez, de 44 años, quien falleció en el fuego cruzado del enfrentamiento.
Cecilia Guillén, esposa de Sergio, pide a la Fiscalía que investigue y capture a los responsables de quitarle la vida a su marido.
"Pues sí, porque él no tenía nada que ver con esto; sí pido justicia, que no quede así”, demandó la mujer, acompañada de sus hijos.
Desde hace meses, Sergio había planeado ir a la playa con sus hijos menores en las próximas vacaciones.
"Ya tenían planeado ellos para irse, ya tenían todo planeado", explicó Ramona hija del fallecido.
El viernes, Sergio acudió a la colonia Las Huertas para visitar a su hija y hacerle un trabajo de albañilería en su casa. Salió a la ferretería para comprar un trozo de manguera. Estaba parado justo afuera del domicilio de su hija cuando se comenzó en enfrentamiento. En ese instante cayó al recibir los impactos.
"Él estaba parado, me gritó que me metiera, ya cuando yo di la vuelta para meterme, él ya estaba tirado en el piso”, relató Ramona.
Ramona llamó al 911 para pedir ayuda. El intercambio de disparos que duró cerca de siete a ocho minutos que se hicieron eternos e impedían que llegara la ayuda para Sergio, cuyo cuerpo quedó tendido a unos metros de la puerta de la casa de su hija.
“Todo tardó, yo marcaba a la ambulancia, marqué a los policías y no contestaban, nadie llegaba ayudar".
En el tiroteo una mujer que vendía dulces afuera del kínder resultó herida de bala en una pierna.
Balacera deja daños y baja asistencia en jardín de niños
La balacera dejó daños por impactos en el cancel del kínder, en donde se apreciaban los hoyos ocasionados por los proyectiles de alto calibre, al igual que en dos balcones de las aulas del segundo nivel del plantel, en donde hicieron blanco dos proyectiles.
En el primer día de actividad escolar de la presente semana, bajó la asistencia de niños en el kínder Cipriano Campos, a cuatro días del enfrentamiento. De los 168 niños que tiene el plantel, sólo acudieron 125, lo que denota temor de otra situación similar entre los padres de familia.
El pasado viernes, madres de familia llegaron al jardín de niños cerca de las 10:45 horas, para una junta. Las mamás esperaban afuera del plantel, vieron gente con armas largas y chalecos en la calle y azoteas. Inmediatamente dieron aviso a la directora, quien abrió la puerta para que ingresaran. Corrió para decirle a las maestras que por ningún motivo dejaran salir a los niños de las aulas.
Podría interesarte:
“Lo que hice fue avisar a todas las maestras de todos los grupos, que nadie saliera, hasta que yo les avisara. Entonces bajé, me asomé y salí, a las que yo tenía a la vista (mamás) les dije que se metieran. Me metí y unos cuantos pasos hacia adentro, y fue cuando empezó la balacera”, detalló la directora, cuyo vehículo resultó con impactos de parabrisas y marco de la puerta del conductor.
Las maestras estaban a punto de servir el desayuno cuando se escucharon los disparos. Algunas docentes se asomaron por la ventana al escuchar el estruendo de los fusiles de asalto. No sabían qué estaba pasando. Vieron gente armada. A pesar de ello, mantuvieron la calma y les indicaron a los niños que se metieran debajo de las mesas.
Los pequeños estuvieron tranquilos en todo momento, nunca entraron en pánico: "Hubo un momento en donde pararon los disparos. No me quería arriesgar, nos fuimos arrastrando hasta la otra esquina del salón, donde está la biblioteca y les pedí que se acostaran en la biblioteca; mientras yo estaba platicando con ellos, les estaba leyendo un cuento y los niños estaban bastante tranquilos. Lo que yo les dije para no asustarlos, es que eran cohetes, y una niña me comentó, que eran cohetes como los de la Virgen, yo les dije: ‘sí corazón, son como los de la virgen’", relató la maestra.
Terminado el intercambio de disparos, los niños y sus mamás pudieron salir escoltados por policías y elementos de Guardia Nacional.