Marco Antonio Ramos Espinosa, de 52 años de edad, es policía de Guadalajara desde hace 26 años, y orgulloso padre de una mujer y tres varones, estos últimos también son policías tapatíos, que se unieron a las filas de la comisaría para seguir el ejemplo que su papá les ha dado a lo largo de su carrera.
Además de policía, Marco Antonio es maestro en una universidad privada donde también inculca a sus alumnos la congruencia de su actuar como oficial y en su vida personal.
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Esa congruencia es la que motivó a sus hijos a seguir su camino sin la necesidad de convencerlos a ser policías.
Como familia de policías, dice Marco Antonio, buscan dignificar su profesión ante los ojos de la ciudadanía.
“Mis hijos, gracias a Dios, vieron este ejemplo y tratamos de dignificar la función policial para que la sociedad advierta que habemos familias de policías que estamos comprometidas con la labor policial y estamos tratando de romper los paradigmas en la forma en la que la gente aprecia el ámbito policial”.
Marco Antonio ha sido el referente de sus hijos tanto como uniformado como padre de familia, quienes desde pequeños tuvieron claro que seguirían los pasos de su papá.
“Yo siempre soñé ser como mi papá. Siempre ha sido un gran ejemplo en todos los aspectos de la vida. Como padre, como policía, ahora que formamos parte también nosotros de esta corporación”, comentó Óscar Eduardo, hijo mayor de Marco Antonio.
“Pues yo creo que decir ejemplos se queda corto. Desde muy pequeño quise seguir sus pasos. Y estoy ahora más que nunca enamorado de la profesión y con la camisa bien puesta. Y más que nada, pues la reacción de mis hijos al verme, igual manera yo sé que les provoco un gran ejemplo”, explicó José Antonio, segundo hijo de de Marco Antonio*.
Festejar el Día del Padre es complicado pues los cuatro tienen turnos de trabajo diferentes y por ello casi no coinciden en esa fecha para celebrar juntos, pero eso no impide que de alguna u otra manera busquen felicitar a sus papá
“Sí, es complicado porque a veces nos toca un turno diferente, pero pues lo hemos sabido llevar. Y así por lo menos el mismo día no lo logramos festejar, pues a lo mejor otro día, por lo menos el abrazo un día antes” detalló Bryan Eduardo, el menor de esta familia de policías.