Para Edgardo Arellano es preocupante que el Gobierno de Guadalajara vaya a demoler la zona afectada por el incendio en San Juan de Dios. En su caso, los trabajadores de los 10 locales de los que se encarga, comenzaron desde el viernes las labores de limpieza, mismos que dejaron impecables, casi listos para volver a vender mariscos y comida oriental como lo hacían hasta antes del incidente.
Él es la cuarta generación a cargo del negocio denominado Caldo Michi Javier, ubicado en el segundo piso, el cual tiene la misma antigüedad que el mercado Libertad y del cual dependen 25 familias.
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"Tenemos pensado habilitar de nuevo nuestras cosas y las barras consideramos que aún se rescatan, que aún están buenas".
También pidió al presidente municipal Pablo Lemus que no derrumbe la zona de comida, ya que al menos los 10 locales de los que se encarga están en buenas condiciones.
"Están corriendo rumores de que nos quieren derribar toda esta área. Nuestros locales están en muy buen estado, solamente está sucio, tiznado, de ahí en fuera no tienen nada y eso que nuestra zona fue de las más dañadas. No hay necesidad que nos derrumben, ni que nos cambien nada. Yo no pido otra cosa más que lo más pronto posible se habilite mi zona de trabajo y que no haya derribo".
Estima que el incendio le dejó pérdidas de más de dos millones de pesos en mercancía, refrigeradores y demás herramientas de trabajo. Además, apenas hace mes y medio había invertido cerca de 250 mil pesos en remodelación de los locales, sin embargo, lo que ahora le importa es iniciar a trabajar lo antes posible.
Él reconoció el esfuerzo de su equipo de trabajo, los cuales se esmeraron dejar impecables los puestos, con lo que pretende dejar evidencia de que la demolición no es necesaria.
Pidió a sus clientes estar pendiente de la cuenta de Facebook de Caldo Michi Javier, en donde espera pronto anunciar su reubicación.