Comprometida con su trabajo al interior de la Secretaría de la Defensa Nacional y con su familia, la Teniente enfermera Berenice Hernández Ramos, tuvo que alejarse de sus seres queridos, pero principalmente de sus hijos durante ocho meses, en la etapa más crítica de la pandemia por Covid-19.
En este 12 de mayo, ella como muchas otras enfermeras, festeja su día y refrenda su vocación con la salud de la población.
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Parte de las experiencias difíciles que le ha tocado vivir en sus 21 años de trayectoria como teniente enfermera, de las Fuerzas Armadas, ha sido esa situación: alejarse de su familia para protegerla.
Ella desarrolla labores de enfermería en el Centro de Desarrollo Infantil número 7 Niños Héroes de Chapultepec, con sede en la Décimoquinta Zona Militar, de la Secretaría de la Defensa Nacional, sin embargo cuando se requiere sale comisiones, como lo fue la atención del Coronavirus.
"Donde se requiera debemos de estar ahí, presentes", dijo con una sonrisa de satisfacción por realizar el trabajo que tanto le apasiona.
Durante la emergencia sanitaria, tuvo que tomar una decisión muy radical para poder tener a salvó a sus familiares y a sus hijos.
"Fue una angustia y una preocupación muy grande de dejar a mis hijos. Todavía en ese entonces tenía dos (hijos) nada más, estuvieron a cargo de mi familia, me separé de ellos 8 meses. Yo sabía que estaban bien cuidados, pero separados".
Relata que su mayor preocupación en ese entonces era que ellos estuvieran bien de salud.
"Era un riesgo tenerlos al contacto conmigo, porque para empezar al lugar al que yo fui no tenían donde tenerlos o cómo cuidarlos. e
Estuvieron al cuidado de mis papás y yo me sentía más tranquila de así poder estar al 100 por ciento cuidando a los enfermos sin tenerme que preocupar de verdad tanto por ellos".
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En ese tiempo les llamaba diario a sus hijos, les escribía mensajes o hacía videollamadas para poder verlos y continuar fuerte en la batalla contra el Covid.
Pese a que extrañaba mucho a sus hijos, pero estaba consciente de que tiene que dar el 100 en su trabajo.
Cumplió su sueño
Ella desde que era niña supo que quería ser enfermera, por lo que se esforzó para cumplirlo.
"Siempre quise ser enfermera, desde chiquita y una vez que supe que se podía estudiar aquí en el medio militar, tuve toda la intención de ingresar y me gusta. Siempre me ha llamado la atención ser disciplinada y combinar la enfermería con el medio militar".
El año pasado cumplió 20 años de servicio en la Sedena, por lo cual fue condecorada.
De las primeras mujeres en dar su servicio militar nacional
Su compromiso por servir a su país, era tal que en 1998 fue de la primera generación de mujeres que dieron su Servicio Militar Nacional de manera voluntaria.