El desbordamiento de los arroyos Seco y Teisquinque sorprendió a los habitantes de las colonias cercanas a las faldas del Cerro del Colli, ya que jamás imaginaron que en segundos se inundarían, incluso en la zona que habitan la lluvia fue mínima, no así en el Bosque La Primavera y la parte alta del Cerro del Colli de donde bajó una gran cantidad de agua que causó la inundación en 17 colonias.
Algunos de los afectados platicaron con El Occidental y aseguraron que lo perdieron todo, muebles, aparatos eléctricos y en algunos casos también sus viviendas, ya que la presión hizo que sus casas se cuartearan.
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Héctor Jiménez, desde hace tres años tiene una piñatería en Prolongación Guadalupe y Puerto Chamela, al momento de la inundación se encontraba en su local junto con su cuñada, su esposa y dos niños de dos y seis años.
"En cuestión de segundos volteas hacia la derecha, se ve que viene desbocado el río, corremos a querer a salvarnos pero no pudimos intentar nada cerramos cortinas de los negocios, pero ya estaba inundado hasta adentro. Nos llegaba el agua a la mitad del cuerpo, queríamos salir, pero no pudimos. En cuestión de segundos perdimos todo, se veía como una tormenta negra, que no podíamos salir ni caminar", recordó.
José Feliciano, vecino de Miramar fue uno de los cientos de afectados, narró cómo ni él ni sus vecinos pensaron que el menaje de sus viviendas sería pérdida total.
"Se desbordó aquí el canal todos los vecinos nos confiamos pensando que una lluviesita tranquila, pero ya cuando vimos que se empezó a desbordar se nos inundó a todos los vecinos las casas se nos metió el lodo y aquí andamos quitándole un poco. Nos llegaba a un metro. Perdimos el refrigerador, la estufa, muebles, sillones, fue muy poquito lo que pudimos rescatar, pero vamos a echarle ganas".
La señora María Magaña, habitante de la colonia Miramar no sólo perdió sus pertenencias, también su casa ya que sufrió daño estructural por lo que el inmueble tendrá que ser valorado por especialistas que determinarán si podrá continuar habitándolo.
"Terrible, terrible. Subió metro y medio en la casa, se perdió todo. Toda la casa está muy cuarteada; dicen mis hijos que tronaban las paredes, tronaban de las cuarteaduras, yo no estaba cuando pasó todo esto", mencionó en entrevista la señora Magaña.
Ella junto con sus hijos y familia desde la noche del sábado comenzaron con la limpieza de la casa, en cuyas paredes aún están las marcas a dicha altura alcanzada por el agua y lodo.
Así como a ella, también sus vecinos y habitantes de 17 colonias no durmieron haciendo labores de limpieza e intentando rescatar un poco de los mucho que la naturaleza les arrebató.