Ofelia Llamas es una de las personas que perdieron su vivienda a causa de las inundaciones que el pasado fin de semana ocurrió en el municipio de Zapopan.
Su casa se ubica en la esquina de Puerto Tehuantepec y El Arroyo Seco, a menos de 10 metros del cauce. Vive allí desde hace cuatro años y nunca había experimentado una inundación como la del sábado y domingo pasado.
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“Todo se lo llevó el agua, como tumbó la puerta se fue todo lo que teníamos. Nos avisaron los mismos niños que andaban aquí que ya venía el agua, pero como ya no alcanzamos a salir por aquí porque tenemos un bebé viviendo aquí, tuvimos que subir por las azoteas".
Perdió todos sus enseres. Su casa está vacía. En los muros todavía se observa y huele a humedad. Las marcas del nivel de agua llegan a los dos metros.
Desde ese día, encontraron refugio con sus vecinos, quienes les abrieron las puertas para que pudieran dormir Ofelia y su familia.
“Pues hemos andado en donde nos dejen quedar. No tenemos un lugar estable, donde nos den permiso de quedarnos. Familiares no tenemos. Aquí somos los únicos que vivimos aquí. Yo, mis hijos y mi nuera. No tenemos más familia, somos todos los que vivimos aquí”, apuntó.
Rosa María vive sobre la calle del arroyo. Ella también perdió todas sus pertenencias. Desde el fin de semana duerme, junto con su familia, en las iglesias de la colonia. Su casa fue declarada inhabitable.
“Ayer le pregunté a un bombero y decía que, por conveniencia, porque estaba muy húmeda que no eran habitables o solamente que consiguiéramos unas bolitas que, para lo húmedo, y que tuviéramos ventilado, pero acá están arreglando, porque se hizo un hoyo en medio. En la segunda tormenta, del domingo fue donde lo que se había salvado se lo terminó llevando el agua”.
A seis días de la primera inundación, el futuro de las personas que perdieron sus hogares es incierto.