Vestido con su playera del Atlas, una bolsa rojinegra y aún cabizbajo, se presentó don Chava a recoger los últimos residuos que quedaban de sus cinco locales, mismos que quedaron reducidos a cenizas por el incendio en el Mercado San Juan de Dios, en donde vendía las tradicionales tortas locas.
Él, acompañado de sus hijos y trabajadores, desde este viernes iniciaron con las labores para sacar lo poco que se logró rescatar, como bancos y ollas. Estos trabajos continuaron durante este sábado.
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En entrevista con EL OCCIDENTAL, reconoció que asimilar la tragedia fue muy difícil.
"Al principio nos tumbó, nos quebró la situación, algo impresionante de ver tu patrimonio convertido en cenizas, pero poco a poco hemos estado asimilando".
Aseguró que con lo que La Fiel y los tapatíos en general le han aportado podrá pagar esta semana a los empleados que sostienen a siete familias.
"Gracias a Dios con los apoyos de La Fiel y de toda la gente, con eso podemos salir adelante para que también ellos tengan el menor daño colateral posible", refirió.
También se dijo orgulloso de que la solidaridad rojinegra está presente en este momento tan difícil, al igual que la de los tapatíos.
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"Agradecerles de todo corazón. La solidaridad no se compra con nada, se paga con fidelidad como nos auto nombramos (La Fiel) y sentirme hoy más que nunca verdaderamente orgulloso de hacer rojinegro".
Es posible que sea en el patio central, cerca de donde tenía sus locales en donde sea reubicado, por lo que pide a sus clientes estar al pendiente de sus redes sociales en donde anunciará su regreso.