Las familias de cinco jóvenes desaparecidos la noche del pasado viernes en el municipio de Lagos de Moreno, se encuentran desesperados por no saber nada de ellos.
Desde ese día la vida les cambió por completo. Los días y las noches se han vuelto largos, la impotencia de no tener pistas sobre el paradero de los muchachos invade a los familiares conforme pasan las horas y los días, así lo explicó Ana María Miranda, mamá de Jaime Adolfo Martínez Miranda, de 21 años.
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"Pero desgraciadamente ya uno no tiene tranquilidad, no duermes, no comes, no quieres hacer nada. Pero aquí estamos en la lucha y yo tengo la esperanza y siento que mi hijo está vivo. Todos deben de estar vivos y los queremos pronto de regreso con la ayuda de Dios".
Jaime Adolfo Martínez Miranda es un joven de 21 años, que trabaja en la construcción. Le gusta pasar el tiempo libre con sus amigos y jugar fútbol, que desde pequeño ha sido su deporte favorito.
"Él es ahorita albañil, y su gusto de toda la vida es el fútbol, siempre, en eso es su delirio, su hobby. Le va al América".
Diego Alberto Lara Santoyo de 20 años, es otro de los cinco desaparecidos. Su papá lo describe como un joven trabajador, que desde muy temprano comienza sus labores en el taller de herrería familiar.
Ya por la tarde, una vez que termina su jornada laboral se va a entrenar artes marciales.
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"Nosotros tenemos un taller familiar, ahí trabajamos, se levantan normalmente a las siete, él hace su licuado, porque a él no le gusta mucho el café. Entonces, a las ocho empezamos a trabajar, él primeramente trabaja antes que yo, y bueno, almorzamos, comemos. Después de trabajar se va a entrenar", explicó José Dolores Lara, papá de Diego Alberto.
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