Tan solo en los primeros dos meses de este año, personal de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado aseguró más de la mitad de artefactos explosivos que han incautado a la delincuencia organizada desde el año 2013. Datos obtenidos por transparencia señalan que desde 2013 al mes de febrero de 2023 se han registrado 101 artefactos explosivos de fabricación artesanal, de los cuales 61 fueron encontrados entre enero y febrero, es decir, el 60 por ciento; el 40 por ciento restante se contabilizó entre 2013 y 2022, respectivamente.
Los grupos delictivos en la entidad evolucionan y ahora no sólo fabrican armas sino también explosivos de forma artesanal, hecho que ha llamado mucho la atención de las autoridades de la entidad tras el aseguramiento de artefactos que tienen características similares a las de las granadas de fragmentación incluso hasta un cañón que fue enterrado para camuflar su presencia.
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La mayoría de los hallazgos ocurridos en el interior del estado han sido en zonas serranas de difícil acceso, como el de Quitupan el 7 de enero cuando los estatales hallaron 11 artefactos explosivos en un campamento del crimen organizado.
“Esto es atribuible a una pugna que había entre dos bandas antagónicas. Las dos regiones que mencionas están en medio de la sierra lo cual dificulta mucho la intervención frontal o cuerpo a cuerpo, por eso el uso de los exclusivos. La mayoría son fabricados para utilizarlos a través de drones algunos son morteros artesanales", explicó el coordinador del Gabinete de Seguridad Ricardo Sánchez Beruben.
Aunque son artefactos de fabricación artesanal buscan replicar el efecto de metralla semejante a la que tienen las granadas de fragmentación.
“Al momento de que hace ignición el agente ya sea con pólvora, ya sea con algún tema de c4 o algún otro explosivo plásticos, la metralla es la que genera el daño. En el caso de una granada de fragmentación es el dispositivo de ignición y por dentro tiene esquirlas que es lo que hace que la onda del daño sea mayor”.
También estaba enterrado el improvisado tubo cañón junto a un cilindro con material explosivo que debido a su inestabilidad y peligrosidad fue puesto a disposición del personal especializado.Entre lo asegurado se encontró un cañón lanzacohetes, así como un tanque metálico que fungía como porta cohete.
Desde hace años fabrican sus armas, ahora también explosivos
Ahora los grupos criminales han creado sus propias armas tanto de fuego como explosivos para evitar el respectivo rastreo de la procedencia.
El especialista en temas de seguridad Fernando Espinoza de los Monteros, presidente de la Asociación Internacional de Derecho Penal, sección México, aseguró que "Sí están produciendo rifles, claro que producen explosivos. Yo creo que las armas las está haciendo gente muy especializada, ingenieros con mucha capacidad porque no cualquiera puede desarrollar ese tipo de armas”, señaló Espinoza
Con ello se busca evitar que las autoridades puedan rastrear el origen y destino de este material bélico.
“Lo que ellos no quieren es que no sigan el rastro a las armas porque pueden salir muchos datos, es fundamentalmente la estrategia de ellos por eso están haciendo las armas y los explosivos”.
Los primeros explosivos
Fernando Espinoza de los Monteros recordó que la fabricación de explosivos en México se remonta a la década de los años setenta cuando la Liga Comunista 23 de septiembre comenzó a realizar las llamadas bombas de niple.
“Para su fabricación usaban tubos, tornillos y tuercas, lo que para provocar internamente una reacción química, que generaba una explosión que rompía el tubo y los tornillos grandes salían disparados como balas”, apuntó.
Su uso era muy peligroso porque al momento de tocarlas se generaba la reacción y había poco tiempo para dejarla en el lugar y poder retirarse.