Parte I
Su vida transcurre tras las rejas, donde día a día esperan un milagro de poder salir libres, reconocen que están por un delito que cometieron, así las llevaron las circunstancias que tenían en su momento, pero también están quienes no participaron y aún así las detuvieron y les dictaron una sentencia mayor que a los autores intelectuales y materiales y no la juzgaron con perspectiva de género.
Un común denominador en lo citado en las entrevistas realizadas por El Occidental al interior del Centro de Reinserción Femenil del Estado es que fueron torturadas y violentadas (al ser detenidas).
El sistema penal como ellas dicen las han hecho mujeres fuertes, resilientes y sororas, apoyan a quien se encuentra mal. A pesar de estar privadas de su libertad sus sueños, metas tratan de realizarlas, como terminar la primaria, secundaria, bachillerato y cursar la licenciatura en Derecho.
Podría interesarte > Entrevista | Carmen, una mujer privada de su libertad desde hace 23 años
Erika, Karina, Norma, Carmen y Edith con diferentes edades, procesos, formas de pensar pero con un anhelo de salir libres y estar con sus familias, se sienten mujeres fuertes, que sí les llega a ganar la ira, la impotencia, la tristeza y la depresión, pero aún así aprovechan lo que el sistema les ofrece: concluir sus estudios, aprender oficios y trabajar.
Erika, trunco su deseo de un doctorado
Erika, hoy de 40 años, fue detenida cuando tenía 24 años, le dieron una sentencia de 50 años, de los que lleva 16 años de reclusión por un delito de alto impacto.
Es licenciada en Filosofía y Letras, egresada de la Universidad de Guadalajara y cuando sucedieron los hechos trabajaba en Autlán para la Universidad Pedagógica Nacional. Sus sueños de ser mamá a los 33 años y terminar un doctorado a los 40 años quedaron truncos. Estuvo a cargo de la biblioteca del reclusorio por 14 años, hoy tiene una beca de la Secretaría de Cultura para convertirse en bibliotecaria y está encargada de corrección y estilo de as historias de sus compañeras en el libro que escriben.
Una mala decisión la llevó a estar presa, su error fue callarse, “estaba demasiado enamorada, era una relación muy fuerte, muy destructiva que después se volvió tóxica, de regresar, separarnos. Hubo violencia emocional”. A su ex pareja lo conoce en una campaña política, él tenía cargos en el sistema de justicia penal. A él nunca lo detuvieron y en la carpeta de investigación involucran a 2 hombres y a ellos les dan 40 años.”Lo que se me hace descabellado ya que tenían carrera delictiva”.
Al principio no sabía que tenía actividades delictivas o una carrera delictiva, porque el hombre tiene profesión, una doble vida, él tenía injerencia en la política, “en apariencia era una persona honorable. Yo pensaba el del problema es él y a mí no pueden inculparme”.
Su detención fue violenta, los elementos antisecuestros exigían nombres de las personas involucradas y sí estaban ligadas a la política. Esos golpes le dejaron secuelas en su pómulo derecho, su maxilar, la caída de la membrana de su oído provocó que por mucho tiempo perdiera el equilibrio y aún así los partes médicos de Base 14 decían que no tenía nada.
Aunque no lo ha visto, ni lo quiere ver, considera que su expareja intervino en su proceso, ya que siempre le ponen obstáculos, no les aceptaban sus pruebas periciales, acudió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Corte Interamericana de Derechos Humanos y su caso se visibilizó, ahora ya ganó la prueba pericial de reconstrucción de hechos y 4 veces la prueba de Estambul. Envió una carta al entonces Presidente Enrique Peña Nieto, nunca tuvo respuesta.
Se ve libre, así lo quiere pensar porque sino se volvería loca, manifestó.
Su padre murió de cáncer, estando ella presa, fue un duelo muy duro, difícil. Su mamá es una mujer fuerte , guerrera que le dice que aproveche los matices que se le ofrece dentro del reclusorio.
Edith... "Me siento más libre adentro"
Edith es una madre de 36 años, con 5 años recluida, por un delito de alto impacto, la sentenciaron a 16 años 6 meses. La trasladan de Ciudad Guzmán a este Centro de Reinserción Femenil, debido a que acaba de tener a su bebe que nació con paladar hendido y va a ser operado, una vez que cumpla los 5 meses, ya está agendada su cirugía. Esto se logró con la actual administración del Complejo Penitenciario a cargo de José Antonio Pérez Juárez.
Tímida, reservada, se abstiene de adentrarse a lo que la llevó a estar privada de su libertad, sin embargo las lágrimas no las puede detener. Sólo dice “parece incongruente pero me siento más libre adentro que allá afuera”.
Estuvo unida a su ex pareja de los 17 a los 26 años y cuando ocurrieron los hechos tenía 29 años, él ya tenía su vida aparte al igual que ella. A la mitad de la sentencia debe pagar la reparación del año por 370 mil pesos, a sus hijos y la familia de su expareja. Sus hijos de 16 y 18 años no la juzgaron, la apoyaron y la comprendieron.
Lamenta y le duele mucho no estar con ellos es lo que más anhela. Cuando ella se estaba aliviando de su bebé,su hijo de 18 años tuvo un accidente que lo mantuvo en coma por 1 mes y 4 días.Fue muy difícil no estar con él, dijo. Su hija se unió a su pareja y está embarazada de 8 meses.
Hoy tiene su pareja que lo conoció en Ciudad Guzmán, también está preso, le falta 1 año y meses por salir pero no le permiten el traslado a Guadalajara.
“Me veo libre, con nueva vida, mi bebé y mis hijos” , manifestó.
Dijo que aprovecha todos los cursos que les ofrecen de huertos orgánicos, literatura, así como el apoyo psicológico. Hoy está dedicada totalmente a su bebé. La apoyan por el reclusorio con pañales y leche. Su hijo trae una protésis que le ayuda a succionar, va muy bien en peso y estado de salud. Con su pareja tiene videollamadas y es su apoyo moral y económico.