Alondra, de 21 años, privada de la vida junto a su mamá Liliana, de 45, el pasado martes en la agencia del Ministerio Público de Poncitlán, vivía acosada y vigilada por Christopher Gerardo, desde que comenzaron vivir juntos después de que ella quedó embarazada de su primer hijo, hace seis años, cuando ella tenía 15 años de edad.
La violencia física, pero sobre todo psicológica que Christopher Gerardo ejercía sobre Alondra, generó tanto temor en ella que nunca se decidió a presentar una denuncia en su contra.
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"Él siempre la amenazaba con que le iba a hacer algo a mi esposo que es hermano de Alondra. Él siempre decía que iba a matar a mi esposo o a mi suegro, la tenía muy amenazada. Por eso nunca se animó a seguir con una denuncia más formal".
El control que tenía Christopher sobre Alondra era tal que vigilaba cada uno de sus pasos, aún estando en su propia casa, en donde instaló cámaras de videovigilancia para saber qué hacía en cada parte de la vivienda.
Además de que le prohibía tener contacto con su familia, por lo que nadie podía acercarse a su domicilio.
"En su casa había 8 cámaras al interior, dónde la vigilaba, hasta en el baño le tenía cámara. Ella no podía acercarse a nosotros, de hecho nosotros nunca entramos a su casa porque ya nomás abría un poquito la puerta y ya".
Durante varios años, como podían, familiares de Alondra le insistieron que presentara la denuncia ante las autoridades, pero no tenía pruebas en su contra y nunca se decidió a hacerlo.
"Siempre nos pedían algún tipo de prueba, pero desafortunadamente no las teníamos, entonces por ello no procedían. Incluso por ahí hubo una denuncia qué quedaron de hablarle a mi suegro pero nunca lo llamaron".
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Cansada de tanta violencia, el domingo pasado Alondra se fue a casa de sus papás junto con su niño. La convencieron para que presentará la denuncia, por lo que hicieron una cita en el Ministerio Público.
Fue así que el martes ella y su mamá acudieron a la agencia ministerial donde fueron atacadas a tiros por Chistopher.
"Me imagino que alguien le tuvo que haber dicho algo ella tenía la cita a esa hora en el Ministerio Público”.
A Alondra le sobreviven dos hijos de seis y un año y medio que se quedaron al cuidado de su familia.