El paisaje político francés, que comenzó a transformarse conla elección presidencial de Emmanuel Macron el 7 de mayo,terminará de cambiar radicalmente a partir de hoy con la consultalegislativa que debe elegir a los 577 diputados que integrarán laAsamblea Nacional en los próximos cinco años.
Los institutos de sondeo, que pronostican una abrumadoramayoría del partido macronista La República en Marcha (LREM),prevén igualmente una recomposición de los equilibrios políticosque existían en el país hasta la llegada del nuevo presidente alPalacio del Elíseo.
Hasta la primera vuelta de la elección presidencial, el 23 deabril último, 80% del electorado se dividía en cuatro bloquesrelativamente idénticos representados por la derecha conservadoresde Los Republicanos (LR), el Partido Socialista (PS), el FrenteNacional (FN) de extrema derecha y la extrema izquierda delmovimiento Francia Insumisa que lidera Jean-Luc Melenchon. Peroesas certidumbres volaron en pedazos con el derrumbe del PS y sureemplazo por el partido de Macron, que surgió vertiginosamente enel centro del tablero político con un signo ideológicosocial-liberal.
Las previsiones de los institutos de encuestas permiten pensarque el movimiento de placas tectónicas iniciado hace cinco semanasterminará su obra en las dos vueltas de las eleccioneslegislativas, previstas para hoy y para el próximo domingo 18 dejunio.
Impulsado por la macromanía que invadió el país hace cincosemanas, su partido La República En Marcha (LREM) podría obtener,según todos los pronósticos, entre 370 y 400 bancas en elParlamento, cifra netamente superior a los 290 escaños necesariospara tener el control absoluto de la Cámara de Diputados. Laderecha conservadora de LR ocuparía el segundo lugar con 120 a 150curules, los socialistas quedarían reducidos a un bloque de 15 a25, Izquierda Insumisa de Jean-Luc Melenchon reuniría entre 12 y22, mientras que el FN de Marine Le Pen -que hace apenas un mesparecía encontrarse en las puertas del poder- quedaría reducido ala posición de un partido ultra minoritario con 8 a 18escaños.
Esos resultados, si se confirman las previsiones, constituiríanel mayor terremoto político registrado en Francia desde lacreación de la Quinta República, en 1958. Por lo pronto, lallegada de Macron al poder puso término a más de medio siglo dealternancia entre la izquierda y la derecha. La renovación tendráuna amplitud sin precedentes, pues 216 diputados salientes nopostularán para renovar su mandato. Por otro lado, 130 candidatosa la reelección tienen otro cargo y, por lo tanto, deberánrenunciar a uno de los mandatos. En total se calcula queaproximadamente la mitad de la Cámara de Diputados estaráintegrada por novicios.
Los vientos de renovación que soplan sobre Francia podríanincluso tener consecuencias devastadoras en las cúspides de lospartidos. Con la lógica excepción de Macron, todos los líderesde los grandes partidos serán candidatos, al igual que numerososdirigentes de dimensión nacional, lo que puede provocar unalimpieza de gigantescas proporciones.
Esa renovación puede ser insignificante en comparación con laotra gran incógnita que plantea esta elección, según advirtióNicolas Roussellier, historiador de las transformacionesinstitucionales de Francia desde el siglo XIX: “La cuestiónclave consiste en saber si la renovación aritmética suscita unarenovación de fondo en materia de ideas, proyectos ycomportamientos nuevos”.