MONTEVIDEO. Sudamérica está viviendo un embate de violencia y contrabando de grupos del narcotráfico internacionales que están expandiendo sus negocios y han puesto en jaque a varios gobiernos como Colombia y Ecuador, quienes se han adaptado a un ritmo de violencia en las calles, prisiones y en los campos, pero se abrió el caso de Uruguay y Paraguay, ambos países han sufrido recientemente una ola de inéditos actos delictivos del crimen organizado.
Uruguay es víctima de una serie de homicidios que ha llevado al gobierno a "redoblar" los esfuerzos para luchar contra un nivel de violencia narco inédito en el país sudamericano convertido en años recientes en importante punto de tránsito de droga para África y Europa.
El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, mencionó que se van a redoblar los esfuerzos policiales en la lucha, sin retroceder ni un centímetro".
Heber pidió personalmente al presidente Luis Lacalle Pou, que incluya en el presupuesto una partida para aumentar las plazas de policías, "más vehículos y alguna fiscalía más en materia de drogas" para enfrentar la violencia producto del enfrentamiento de bandas de narco.
A finales de abril Montevideo vivió uno de sus episodios más macabros. Primero un torso, luego una cabeza y más tarde las extremidades, todos de una misma persona, aparecieron en diferentes puntos de la ciudad en poco más de una semana.
La situación en el país se agravó en la
última semana y media, período en el que se han hallado 14 cuerpos. Los cuatro últimos, entre el martes y el miércoles, en el barrio montevideano de Peñarol. Tres de los cadáveres estaban calcinados y uno de ellos también desmembrado; un nivel de violencia desconocido en Uruguay.
Para el sociólogo e investigador Leonardo Mendiondo, el problema no es nuevo, sino que viene cocinándose desde hace décadas. Aunque ha sido en los últimos años en los que el número de muertes violentas en el país ha sufrido un aumento.
En 2014 se registraron 268 homicidios, mientras que en 2018 y 2019 se situaron alrededor de 420 y 393, una tendencia al alza que solo la pandemia de coronavirus pudo frenar: en los años 2020 y 2021 la cifra bajó a 338 y 300.
Pero en el primer trimestre de este año se produjeron 96 homicidios, un 33 por ciento más que en el mismo período de 2021 y una cifra que marca una tendencia que, de mantenerse, supondría un récord anual de homicidios en el país.
Este aumento de las muertes violentas va en paralelo al cambio de rol que juega Uruguay en el mercado del narcotráfico mundial. El país se ha convertido en los últimos años en territorio de paso de la cocaína que viaja de Sudamérica hacia Europa y África, según la organización internacional Insight Crime.
Por su parte, Paraguay vivió una semana turbulenta luego del asesinato del fiscal antidrogas Marcelo Pecci, ejecutado en una playa del Caribe colombiano. Segun las investigaciones, fue seguido desde Asunción por sus victimarios.
La fiscal general de Paraguay, Sandra Quiñonez, señaló que "manos cobardes de estructuras criminales" pueden estar detrás del asesinato a tiros en Colombia del fiscal.
Pecci se preparaba para el juicio oral del brasileño Waldemar Pereira, alias 'Cachorrao', un supuesto miembro del la poderosa organización criminal Primeiro Comando capital (PCC) acusado del crimen de un periodista en la frontera entre ambos países, el 12 de febrero de 2020.
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A principio de año, las autoridades paraguayas realizaron uno de los mayores operativos contra el tráfico que costó la renuncia de varios funcionarios. Con información de AFP, EFE