El Zoológico de Guadalajara será el nuevo hogar de dos rinocerontes indios de la EAZA (Asociación Europea de Zoológicos y Acuarios), al sumarse a un programa de conservación de esta especie en extinción, sobre todo a causa de la caza furtiva y quienes buscan su codiciado cuerno.
Por cierto, este recinto animal tapatío cumple 35 años, así se convierte en el primer zoológico en México en conservar esta especie. Su cercanía a un área natural como la Barranca de Huentitán, lo ha convertido en uno de los sitios más prolíficos para las distintas especies que han incrementado sus familias.
Desde Francia con amor
La pareja de rinocerontes llega procedente de los zoológicos de La Fleché y Beauval en Saint-Aignan, Francia.
Ya tienen nombre, se llaman Bali y Antjali, y dos años duraron las gestiones para su traslado a un hábitat adecuado para ellos. Antes se necesitó toda una logística para trasladarlos vía área, la cual resultó todo un éxito ya que los ejemplares llegaron en perfecto estado de salud.
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Su cuidador los acompañó durante todo el traslado, los estuvo monitoreando los primeros días y luego pasó la estafeta a los que serán sus nuevos cuidadores y veterinarios en el Zoológico Guadalajara.
Llegaron de noche al Aeropuerto Internacional de Guadalajara, cada uno en una caja-jaula distinta y una lona del Zoológico de Guadalajara consignaba: Camino a Casa, “Los Unicornios Gorditos”
La pareja de rinocerontes indios pasarán unos días en periodo de monitoreo y adaptación, dentro de las instalaciones diseñadas específicamente para ellos en el Zoológico Guadalajara, que cumple con todos los requerimientos que necesita esta especie.
Su primera noche en tierras tapatías
Ya pasaron su primera noche en tierras tapatías. En su primer día en el parque, los cuidadores reportan a la pareja tranquila, respondiendo bien al entorno y con buen apetito. Su nuevo hogar se localiza dentro de la sección Safari Masai-Mara del Zoológico Guadalajara.
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Se informó que próximamente se dará a conocer la fecha a partir de la cual estos nuevos visitantes podrán ser admirados y con ello apoyar con su visita la conservación de esta maravillosa especie que habita en Asia en ecosistemas selváticos a diferencia de los rinocerontes blancos que se distribuyen en las sabanas de África.