Las condiciones en la entidad cada vez hacen más complicada la posibilidad de vivir la experiencia de disfrutar la naturaleza, pero ¿te imaginas un rancho para pasar la noche y conocer cómo es la vida ahí de manera segura?
En Ciudad Guzmán es posible, pues existe un hotel ambientado como si de un rancho se tratara donde al llegar te hacen sentir como en casa. Sus anfitriones son una familia dedicada a la charrería y el cuidado de sus animales, quienes se encargan de todos los detalles para tener una excelente estancia.
Te puede interesar:
A la llegada, que se sugiere sea al medio día hay posibilidades de jugar una cascarita de futbol o voleibol y después hacer un recorrido para conocer el lienzo y las caballerizas, descansar un poco y al oscurecer encender la fogata justo enfrente de la habitación para disfrutar de un té de las hojas de alguno de los tantos árboles que rodean la finca. Cuentan con servicio de alimentos para desayuno, comida y cena, donde generalmente utilizan productos elaborados en el rancho como los quesos y las cremas, así como algunos otros cosechados en los alrededores de Ciudad Guzmán.
Lo que ofrece el rancho
Se llama Chalet de Colombo y se ubica justo en las faldas del Volcán de Colima y luego de pasar la noche en habitaciones ambientadas al estilo de un rancho, donde la temática son los caballos y los muebles rústicos, la experiencia continúa, pues al amanecer la vista hacia el también conocido como Volcán de Fuego es inigualable.
Con el fresco de la mañana, lo mejor es acudir por un pajarete, la bebida hecha a base de leche de vaca o de cabra ordeñada al momento, con un toque de chocolate en polvo y algo de licor y después ver cómo preparan a los caballos para comenzar a montar. Y es que al ser también una escuela de charrería, la experiencia de montar es por demás segura y puede hacerse dentro del lienzo o en los alrededores, donde son varias las hectáreas para disfrutar de una cabalgata.
Lo mejor es disfrutar del desayuno bufet en el Mesón de Colombo a donde todas las mañanas llegan las familias de la zona para disfrutar de una variedad de platillos elaborados en una cocina tradicional y donde el toque especial lo hacen los pequeños detalles, como el chocolate con molinillo servido en tu mesa o los sopesitos tradicionales del sur de Jalisco, que se vuelven la sensación.
El mesón, como lo conocen en Ciudad Guzmán, además tiene otros encantos y se ha convertido en una especie de museo con piezas de rancho de hace varios años o incluso siglos, pertenecientes a las familias que habitaron el lugar o producto de donaciones.