Escribir literatura infantil, pese a lo que se pueda creer, es uno de los mayores retos, puesto que hay que poner en palabras simples conceptos que pueden llegar a ser muy complejos.
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Juan Villoro, reconocido no solamente por ser una de las voces más importantes de la literatura en Hispanoamérica, ha cultivado con esmero el arte de escribir para los más pequeños.
En el salón 2, y ante un recinto que lució repleto, el escritor ofreció una lectura de El hámster del presidente, obra editada por SM. El autor fue acompañado en la dramatización por Eduardo España, Ana luisa Fernández y Francisco Rubio; ellos caracterizaron a los personajes de esta fábula en la que la mascota presidencial, un pequeño roedor que con sus diligencias ayudaba al mandatario a llevar los destinos de la nación, sirve como detonante de una historia que bajo cierta perspectiva puede leerse como una parábola orwelliana, en la que la naturaleza de los políticos deja tanto que desear que es necesario que sean ayudados por una mascota que los sensibilice y les provea de empatía.
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Ameno, cual siempre en su escritura, Villoro ofrece en esta obra un texto que causó carcajadas a chicos y grandes por igual pero con las dosis justas para dejar en los presentes (lo mismo que en aquellos que acudan al libro de una bella edición) un acercamiento a la importancia de formar ciudadanos informados y participativos.
En la ficción, se protesta por la prohibición a los chocolates, los bombones y las pepitas de anís, pero con un poco de suerte, los niños que lean el libro entenderán que de lo que se trata es de protestar contra los déspotas y los injustos, que usualmente son los que llegan a gobernar.
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Una presentación que salió de las convenciones y en la que el público resultó de lo más participativo, nos dejó a todos con las ganas de contar a mano con un Genaro III, nombre del presidencial y roedor asistente, para ayudarnos a tomar mejores decisiones y ser ciudadanos más atentos con nuestros gobernantes.