La alerta respecto a los elevados niveles de arsénico que contienen las bebidas de Peñafiel, debe voltear la mirada a la urgencia de establecer plantas de tratamiento, advirtió Rubén Masayi González Uyeda, coordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ).
"Se supone que debe haber plantas de tratamiento en este proceso de la empresa, ya sea operada por gobierno o por la industria, pero tenemos décadas hablando del tema de plantas de tratamiento por parte de municipios y la obligación del tratamiento de agua de la industria, ya sea físico, químico o bacteriológico, pero hay un gran desorden... Se habla mucho de los contaminantes, nos alertamos todos, pero no vemos un programa".
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Sin embargo, una planta de tratamiento tienen un alto costo, por lo cual, el problema no es sólo echarlas a andar, sino mantenerlas funcionando, sobre todo, tomando en cuenta "la complejidad" del agua contaminada que viene por el Lerma-Santiago desde el Estado de México.
"Todas las aguas del subsuelo tienen contaminantes, igual que las que vienen por escurrimientos. Las mejores en cuanto a ese contenido son las que vienen de lluvias, pero también entran a los cauces de ríos y se contaminan".
Dicha alerta la emitió la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, luego de un análisis elaborado a más de un centenar de marcas, resultando Peñafiel con casi el doble de la cantidad de arsénico permitido para consumo, pues se permiten 10 partes por billón y registró 17 partes por billón.
El coordinador del CCIJ dijo desconocer en este momento las condiciones de Peñafiel y su planta en el municipio de Tlajomulco, que todavía el martes operaba de manera normal y llamó a las autoridades sanitarias a revisar la situación.