Una vez más familiares y amigos de personas desaparecidas en Jalisco colocaron cédulas de búsqueda en distintas partes del centro tapatío, lo que fue aplaudido por el arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, quien los invitó a no claudicar en su búsqueda.
Desde las vallas alrededor de Palacio de Gobierno, algunos postes y demás mobiliario urbano se llenó de carteles y lonas con rostros, nombres y características de las personas que no volvieron a sus hogares y a decir del cardenal tapatío, la medida debe ser respaldada.
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“Al poner ese recurso con la intención de ayudar a identificar, esperemos que ayude a mejorar este tema y a responder más eficazmente”, dijo refiriéndose a los esfuerzos que familiares y amigos hacen.
Invitó a respetar dichas cédulas de búsqueda, tanto por los ciudadanos que las ven en la calle, como por las autoridades, que en repetidas ocasiones las han retirado de los lugares donde se colocan.
“Yo creo que la autoridad los quita porque no cree que es conveniente que se evidencie tanto este tema, pero es necesario que sea evidente lo que está pasando para que nos sensibilicemos todos como sociedad y se sensibilicen y actúen las autoridades”.
Y es que las desapariciones en Jalisco se cuentan al por mayor y son alrededor de 15 mil personas las que no volvieron a su casa, lo que preocupa a la iglesia católica, que a diario recibe peticiones e intenciones de misa.
Respecto a las familias a quienes entregan algún miembro de sus desaparecidos, dijo que igualmente se les ofrece misa, como si del cuerpo completo se tratase, e incluso las intenciones de misa son también aún sin contar con alguna parte del cuerpo de las personas que se presumen fueron víctimas de una desaparición.
“No es necesario que estrictamente que esté el cuerpo o un miembro, basta que esté la intención, es decir, la intención de encomendar a la persona difunda, pedir por ella y Dios atiende. Si lo que hay es una parte de su cuerpo se puede llevar, se puede ofrecer la misa o una oración especial por su eterno descanso”.
Dijo que en los últimos años crecieron las peticiones de misa por personas desaparecidas y ejemplificó con un caso de este mismo domingo previo a la misa que ofreció en la Catedral tapatía.
“Ahorita al comenzar la misa cuando iba en la procesión se acercó una señora y dice ‘señor cardenal no tengo ninguna noticia de mi hijo que desapareció el 13 de enero, pida por él’. Ya van dos veces que se acerca, es normal que la gente acuda a pedir, pero no tengo una estadística de cuántos”.