¿Te ha tocado asistir a un evento donde hay muchísimos invitados especiales y la mayoría son representantes de quien era invitado originalmente?
¿O lugares donde el presídium muchas veces es más extenso que los invitados del público?, pues ese tipo de aspectos, muchas veces además de evidenciar la falta de protocolos, evidencian la necesidad de profesionalización entre quienes organizan eventos.
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Así lo afirmó Dora Fafutis, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Relaciones Públicas, quien explica que parte del problema es porque en el país son pocas las personas dedicadas a esa área.
“A veces las personas saturan los presídium como si fueran un espacio de exhibición y realmente el presídium obedece a un tema de representatividad y en la medida en que vamos entendiendo de qué se trata el tema de protocolo cada vez vamos interiorizándonos más para realmente la actividad que realizamos tenga el impacto que buscamos”.
En Jalisco únicamente la Universidad de Guadalajara cuenta con una carrera enfocada en Relaciones Públicas, que atiende la materia de protocolo como una materia, mientras que en Europa y en países del sur del continente americano como Chile o Argentina la formación en esa materia es extensa.
De acuerdo con sus estimaciones, en el estadio hay alrededor de medio centenar de personas especializadas en relaciones públicas y protocolo, por lo que hace falta mayor formación al respecto.
“Las personas a veces confunden el protocolo con el tema de etiqueta y la verdad es que el protocolo lo que hace es facilitar el orden y la disciplina en los eventos que se llevan a cabo, porque básicamente son reglas que se establecen ya sea por decreto o por costumbre y que nos ayudan a la sana convivencia entre personas, entre organismos, entre instituciones y entre países”.
En términos prácticos agregó: “el protocolo son las normas que cumplimos para llevar a cabo alguna ceremonia o algún evento oficial y la etiqueta son normas sociales que no son obligatorias”.