La corrupción en el país, que pareciera no tener fin, podría disminuir si el Gobierno federal realiza algunas modificaciones a la legislatura, para facilitar el trabajo de los fiscales anticorrupción, afirmó Ernesto Canales Santos, el primer fiscal anticorrupción en México.
Su sugerencia como experto en temas de combate a la corrupción, fue la modificación del juicio de amparo, para que deje de ser un instrumento que detiene el proceso penal, porque “ha sido un ícono del sistema jurídico mexicano y se ha convertido en algo casi sagrado, que no se le puede tocar, pero necesita modificaciones de fondo”, así como eliminar el llamado “secreto bancario” y con ello permitir a los fiscales acceso a las cuentas bancarias.
La sociedad tiene un sentimiento de que está siendo abusada y eso no es sano para el desarrollo
Ernesto Canales Santos
Canales Santos encabezó desde 2016 la Subprocuraduría de Combate a la Corrupción en Nuevo León, invitado por Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” y luego de conformar un equipo de trabajo y especializarlo, por presiones que él afirma, llegaron por parte de legisladores locales del PRI y el PAN que se oponían a castigar a exfuncionarios –incluido el exgobernador, Rodrigo Medina- fue disuelta en marzo pasado.
“Como una humedad ha permeado la corrupción en toda la sociedad y si la política es no perseguirla, ahora sí que el país está condenado a ocupar un lugar de los bajos del mundo, lo que impacta en el interior y en el exterior, porque es un enjambre”.
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Por más de cincuenta años, Canales Santos se desempeñó como abogado postulante y participó en el cambio del Sistema de Justicia Penal en México, con el objetivo de mejorar la calidad de la justicia en el país, porque existían estadísticas que revelaban una desconfianza en la policía y en los jueces por arriba del 90%. Además, fue productor del documental “Presunto Culpable”, que reveló las condiciones que enfrenta la justicia en el país.
Por no perseguir los casos de corrupción hay impunidad, lo que se trata en los juicios penales es de castigar a los culpables y si no hay juicios penales, menos hay culpables, a pesar de que el ojo de la sociedad dice que la corrupción está en todos lados”, dijo en entrevista con EL OCCIDENTAL.
Sobre el actual Gobierno, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, que llegó al poder apoyado por un partido ajeno al que había gobernado en México, destacó su oportunidad para demostrar un cambio, aunque en medio año al frente de la nación, consideró todavía no hay avances palpables.
“Hemos visto pequeños resultados y algunas otras acciones de gobierno muy preocupantes, que no hacen que tengamos un entusiasmo, como sí existía en Nuevo León al inicio del Gobierno del Bronco, donde la población sí vio que se estaban tomando acciones en contra de los que habían robado”.
Se refirió a la orden de captura del exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya Austin, y del dueño de Altos Hornos de México, Alonso Ancira Elizondo, como “buenos indicios”, aunque considera que las acusaciones carecen de profundidad.
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“Ojalá no sea esto otro carpetazo, porque la corrupción no se acaba con actos de amor o de perdón, la corrupción es un delito establecido en las leyes y se tiene que acabar con las mismas leyes, con el castigo al corrupto y que sirva al funcionario de ejemplo y de antídoto para evitar actos de corrupción”.
Cuestionó que en el país se carece de investigadores profesionales en temas de corrupción y ante ello planteó como necesario comenzar a formarlos, como sucedió en Nuevo León, donde incluyeron a expertos en homicidios, delitos sexuales e incluso familiares, que lograron casi medio centenar de juicios penales y disminuyeron la impunidad, aunque a su salida, quedaron “huecos” que no han sido subsanados y la entidad pareciera que no tuvo avances en el combate a la corrupción.