Una de las colonias que concentran modernidad y al mismo tiempo tradición tapatía es la Americana, ubicada a unos minutos del primer cuadro de la ciudad capaz de trasladarte varios siglos atrás por la belleza de sus fincas y al mismo tiempo ubicarte dentro de lo más innovador con sus edificios habitacionales y de oficinas.
Entre sus calles es común encontrar una calandria recorriendo por afuera de antiguas casonas construidas el siglo pasado y a un lado ver circular un auto Tesla, demostrando la versatilidad de la zona donde hay pequeños establecimientos para comer, restaurantes de prestigio, amplia variedad de entretenimiento a cualquier hora y espacios de hospedaje.
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Adentrándonos en la colonia Americana, recientemente reconocida como un Barrio Mágico por la Secretaría de Turismo, encontramos diversas fincas históricas como la Casa de los Abanicos por avenida Libertad, construida en 1898 y que según el portal de internet de la casona utilizada ahora para eventos sociales funcionó como casa de asistencia, colegio, sede del Consulado Alemán y refugio clandestino durante la época cristera.
Otra de las casas emblemáticas de La Americana es la Casa Clavijero ubicada a unos pasos de avenida Chapultepec, también de las preferidas de tapatíos y turistas por la diversidad de opciones de entretenimiento y gastronómicas.
En la Casa Clavijero de Guadalupe uno se refleja el legado del arquitecto tapatío Luis Barragán, uno de los más grandes talentos quien construyó la amplia vivienda rodeada de jardines y con los elementos que lo distinguen en 1930.
Esa finca actualmente funciona como espacio para la organización de eventos culturales y artísticos del ITESO, la universidad jesuita de Jalisco, así como cafetería por lo que cualquiera puede conocerla y recorrerla.
Está la Casa Farah construida en 1936 por el arquitecto Rafael Urzúa y que conserva la arquitectura regionalista tapatía ubicada por avenida Vallarta a una cuadra de Unión, funciona como cafetería.
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Con estilo morisco e influencias españolas, pero conservando la arquitectura que distinguió al arquitecto tapatío Luis Barragán se encuentra por la calle Pedro Moreno la Casa Cristo, sede del Colegio de Arquitectos de Jalisco y reconocida como una de las fincas más tradicionales de Guadalajara y construida en 1926.
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