Aunque es multifactorial el por qué miles han optado por dejar atrás un patrimonio que en su momento lo tenían o lo adquirieron por ser algo seguro, lo cierto es que en la actualidad el tema de la vivienda deshabitada en el municipio de Tlajomulco continúa como una realidad difícil de erradicar.
Pese a los esfuerzos por la administración municipal para generar mejores condiciones de habitabilidad en estos espacios, a la fecha se estima que existen alrededor de 77 mil 709 viviendas, de las cuales al menos la mitad están concentradas en 20 fraccionamientos como Chulavista, Lomas del Mirador, Hacienda Santa Fe, Paseo de los Agaves, Quinta del Valle, Real del Sol, Lomas del Sur, Real del Valle, Los Abedules o Los Cántaros, por mencionar algunos.
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De acuerdo a Andrés Ampudia, director general de Vivienda de Tlajomulco, este fenómeno es un problema de todo el país que comenzó a preponderar desde el año 2000, no obstante, en el municipio fue en 2004 con el registro del primer macro fraccionamiento en la zona de Santa Fe.
“Las causas (de abandono de vivienda) se empaquetan en dos macrosituaciones. Una de ellas es el contexto, es decir, éste no brindó las oportunidades y se van. Por el otro lado está la forma de adquirir vivienda; a partir de esta facilidad que tiene el Infonavit de poder otorgar créditos de viviendas abre una línea en que no todas las personas que adquirieron su vivienda necesitaban una, entonces digamos que abre una línea entre una inversión como patrimonio o inversión y al final no le están dando un uso”.
Entre un porcentaje importante de viviendas que fueron adquiridas por personas que nunca las habitaron, otro tanto más que fueron abandonadas porque sus propietarios ya no pudieron hacer frente a los créditos hipotecarios, y una parte más por carencia o dificultad en algunos servicios, como el de agua, transporte o seguridad, las miles de casas que pululan por los fraccionamientos se vuelven cada día más focos de invasiones o de un evidente deterioro difícil de abatir.
Acciones pequeñas
Por el fraccionamiento Villa Fontana Aqua etapa 1 se vive el claro ejemplo de las repercusiones que genera la vivienda deshabitada, y es que en un afán de inhibir la invasión de terceros es que los mismos vecinos optan por limpiar los entornos de los inmuebles.
Es una parte del lugar en donde las condiciones de las casas deshabitadas es deplorable, y ello ha dado paso a que impere la inseguridad pues muchos de estos espacios se vuelven “nidos de delincuentes” –según vecinos–, al grado de que en algunas zonas ya se han tenido que organizar para vigilar y evitar que extraños las ocupen.
Una vez al mes un grupo de vecinos limpia los entornos inmediatos a sus casas así como de las deshabitadas más próximas –por Lomas del Mirador-, e incluso existe un “encargado” que vigila a quienes llegan a estas viviendas pues ha pasado que arriban por días, haciéndose pasar por nuevos inquilinos, para robarse todo lo que puedan y desaparecer de la noche a la mañana. Todo esto a pesar de las acciones de autoridades por acabar con la problemática.
“(Se tiene) una macroestrategia de cómo el entorno tenga mejores oportunidades, conectividad, movilidad y transporte, empleo, estrategia urbana; la facilitación del entorno a partir de ciertos proyectos estratégicos; y la tercera línea del ayuntamiento es retomando las facultades que el municipio tiene para poder abordar las problemáticas de vivienda”, explicó Ampudia Farías.
Rentar a bajos costos la vivienda
Entre estas estrategias referidas se encuentra el programa “Renta tu casa”, con la cual el ayuntamiento renta las viviendas a los propietarios a fin de subarrendarlas por 350 pesos al mes a grupos vulnerables o con necesidad.
Aunado a esto, añadió, cuentan con “Vivienda protegida”, en la que identifican inmuebles abandonados que aseguran ya sea para tapiarlos –tanto en puertas como ventanas– en aras de evitar que sean focos de inseguridad por terceros que las ocupen.
“Estos (programas) han nacido de soluciones que hace la ciudadanía. ¿Qué es lo que sucede? En un fraccionamiento tradicional hay ‘arrendadores informales’, o sea, líderes vecinales que identifican que cierto número de viviendas llevan sin habitar mucho tiempo o sin propietario vigilando, y se hace un arrendamiento informal, como el padrote o madrota de las casas, y a veces les cobran. En ocasiones hacen renta colectiva para el beneficio de la comunidad o individualizada en donde alguien se pone vivo y renta viviendas que no son de él”.
Si bien se estima que dentro de 10 años pueda quedar “estabilizada” la situación de la vivienda deshabitada en Tlajomulco, pues conlleva una serie de factores y trabajos, el panorama de autoridades municipales es llegar a ocupar al menos 21 mil de estas casas para cuando concluya la actual administración.