La inversión millonaria en la planta de tratamiento de El Ahogado para tratar dos mil 250 litros por segundo, literalmente se van al caño, cuando el agua limpia se revuelve otra vez con las aguas negras que genera la Zona Metropolitana de Guadalajara, en el llamado Río Santiago, uno de los más contaminados del país.
Especialistas y EL OCCIDENTAL estuvieron en lugar de los hechos, donde incluso es imposible cerrar la presa para contener las aguas, debido a que se robaron las compuertas.
Aún así, se le siguen pagando 30 millones de pesos a la empresa española Renova Atlatec y le restan aún 18 años de la concesión.
UNA PLANTA QUE TIENE SIETE AÑOS Y POBRES RESULTADOS
La planta de tratamiento del Ahogado fue inaugurada en el gobierno de Felipe Calderón y cuando era titular del Ejecutivo Emilio González Márquez.
En su momento se presentó como la solución, junto con la planta de tratamiento de Agua Prieta, para devolverle la vida al Río Santiago, uno de los más contaminados no solo de todo el país, sino del Mundo.
La licitación se lanzó en 2008, la planta -localizada por la carretera a Chapala, en el fraccionamiento la Perla- tiene siete años en funcionamiento y su concesión es por 25 años.
EL AGUA SIGUE CONTAMINADA
El activista Raúl Muñoz, habitante del municipio de El Salto, acompañado de sus compañeros, caminan río arriba y le siguen así la pista al tema, de esa manera detectaron que los casi 30 millones de pesos que se gastan en el tratamiento del agua, se van literalmente al caño, cuando ésta sale y se mezcla con la que aparece intempestivamente dentro de la tubería procedente de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
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Los municipios no tratan sus aguas negras, que depositan directamente en la cuenca y que hoy arrastran además las aguas de lluvia, que antes inundan buena parte de la ciudad.
La espuma -así queda plasmado en fotos y videos- se mezcla con el agua limpia que solo termina alimentando la contaminación, que conforme recorre el Río Santiago, pasa por la zona industrial de El Salto, solo suma ácidos y metales pesados, como el arsénico, haciendo imposible no solo el contacto con el líquido, sino que vuelve insoportable permanecer y respirar al lado del cuerpo de agua.
Raúl Muñoz pone en evidencia que incluso en Tlajomulco, donde presumen el tratamiento previo en planta propia, el agua levanta las tapas de alcantarilla y contaminada va a dar también al río Santiago, esto muy cerca del fraccionamiento de la Perla.
SE ROBARON LAS COMPUERTAS Y HAY OBRAS INCONCLUSAS
Recuerda Raúl Muñoz que el sistema de tratamiento de las aguas, que estarían preparadas para uso agrícola, al menos, está abandonado; para empezar se robaron las compuertas de metal y el agua no tiene nada que la detenga y evite que se mezcle con la contaminación.
Por otro lado, falta por construir un colector de 25 kilómetros en la zona de Oblatos que llevaría el resto de aguas a la zona de la planta de Agua Prieta, que sería el último filtro antes de devolver las aguas al río Santiago situado en el fondo de la barranca de Huentitán.
Una investigación de la Universidad de Guadalajara reveló en 4 de diciembre de 2017 que el agua no servía ni para riego y tal parece que desde entonces el escenario no ha cambiado, el río sigue altamente contaminado y las colonias y municipios situados en la cuenca del Ahogado condenados a seguir enfermando por esa causa.