Tequileros de Jalisco celebraron el Día Internacional del Tequila en uno de los recintos más emblemáticos de la entidad, el Palacio de Gobierno.
En el histórico inmueble asentado en el centro tapatío, donde el cura Miguel Hidalgo emitió el decreto para abolir la esclavitud en 1810 y donde después vivió y gobernó Benito Juárez, sonó el mariachi y se brindó con tequila.
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Orgulloso de sus raíces, Gildardo Partida, líder de tequileros de la región Valles y presidente municipal electo en El Arenal se refirió al tequila no solo como una bebida.
“El tequila no es solo una bebida, es un símbolo vivo de nuestra historia, cultura e identidad. Desde tiempos inmemoriales, el agave ha sido una planta sagrada para nuestros antepasados y su transformación en tequila es un arte que ha pasado de generación en generación, honrando nuestras raíces y nuestra tierra”.
Señaló a la bebida como el espíritu de Jalisco que ha cruzado fronteras y conquistado paladares en todo el mundo, aumentando su producción en los últimos tres años un 120%, para llegar en 2023 a 598.7 millones de litros.
Recordó que México exporta cada año casi 400 millones de litros de tequila, principalmente a Estados Unidos y son en total 2 mil 539 marcas de tequila.
“Estas cifras no solo reflejan la solidez de nuestra industria, sino también el esfuerzo compartido por todos los que formamos parte de esta gran cadena productiva”.
Se comprometió a trabajar para que el tequila no solo sea un ícono de la mexicanidad, sino que se convierta en el destilado más sustentable del mundo.
En ese sentido, destacó la certificación Agave Responsable Ambiental (ARA) que garantiza que el tequila se produzca con agaves plantados en parcelas sin deforestación desde 2016 y el objetivo para el 2027 es que todo el agave utilizado provenga de áreas no deforestadas.
“La sostenibilidad debe evolucionar hacia una visión más holística, en la que no solo preservemos lo que tenemos o regularizar los daños, sino que también nos esforcemos por mejorar activamente la salud de nuestras tierras y los tejidos sociales”.
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Propuso ante tequileros invitados y autoridades, implementar prácticas agroecológicas y fomentar una agricultura regenerativa en el cultivo del agave y como propietario de la marca Adictivo, producida en El Castillo de Tequila, asentado en medio del paisaje agavero de El Arenal, se comprometió a trabajar para lograr la planeación estratégica de la cadena productiva.
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