Productores de ladrillo y macetas que operan en los municipios de El Salto, San Pedro Tlaquepaque, Tlajomulco de Zúñiga y Tonalá están preocupados ya que deberán suspender sus actividades algunas semanas por instrucción de las autoridades del estado al ser principales generadores de contaminación ambiental al utilizar madera y algunos carbones para elaborar el tabique.
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Y pese a haber recibido apoyo económico, temen que a futuro no les cumplan y con ello se vean afectadas más de dos mil familias que viven de la fabricación. Tal es el caso de Moisés González Cervantes, de 38 años de edad, quien es propietario de un campo ladrillero en La Huizachera, en El Salto. Reconoció que el trabajo que realizan sí contamina pero el cierre temporal de los hornos afecta su economía.
“Me beneficia mucho (el apoyo) porque yo tengo familia que mantener y ahora no puedo quemar. Tengo cinco hijos, mi esposa y yo y pues nos va a ayudar mucho a los gastos de la casa y despensa”, refirió Moisés.