Al reabrirse la circulación de Javier Mina, decenas de tapatíos acuden a los alrededores de San Juan de Dios para apreciar con incredulidad y asombro como quedó el inmueble tras el incendio.
Muchos de ellos con melancolía recuerdan cuando acudían a consumir alimentos o a comprar ropa, discos, calzado, bolsas y un sin fin de productos.
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Por Javier Mina a unos pasos del ingreso a la estación San Juan de Dios de la Línea 2, los paseantes tomaron las bardas como mirador. Solo podían ver las paredes humeadas y los cristales rotos por el calor y por los trabajos de ventilación.
Este sábado también pudieron apreciar cómo los trabajadores del Ayuntamiento tapatío retiraban cientos de bolsas con mercancía reducida a cenizas.
El señor Manuel Lara Meza recordó que con frecuencia acudía a San Juan para desayunar o comer.
"Venía a los tacos de chicharrón, a los tacos de tripa, a las tripas doradas que vendían aquí adentro. Los voy a apoyar viniendo a consumir lo que me gusta del Mercado. Yo voy a seguir viniendo".
Otros transeúntes también se dijeron dispuestos a apoyar a los locatarios afectados consumiendo sus productos una vez que estén reinstalados.
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