Si bien todavía no se viene lo peor del coronavirus en el país, lo cierto es que pequeños comerciantes ya han padecido las repercusiones de la pandemia; ya sea por las bajas ventas o porque no son giros "esenciales", muchos han optado por cerrar sus puertas pero de manera definitiva.
Martha Dueñas, quien desde hace ocho años tiene un negocio de artículos varios en su mayoría de moda asiática platicó todo el camino recorrido hasta ahora, donde tomó la determinación de cerrar el local que tenía en la zona de Polanco.
Si bien no fue hasta hace cinco años que se estableció como tal en un espacio físico, pues inició con ventas desde internet, de pasar a tener un local rebosante de mercancía ahora se las tiene que arreglar para ofrecer sus productos en redes sociales, arriesgándose a salir todos los días a las calles para hacer entregas, pese a la emergencia sanitaria.
Chécalo:
"La situación ha ido empeorando de poco a poco porque las calles primero se empezaron a quedar solas. Todavía salíamos a trabajar pues si bien no sacabamos ganancia del todo, sí hacíamos ventas que nos ayudará a cubrir gastos.
Cuando nos dicen que cerremos, por ser no esenciales, pues vi que estar pagando renta, luz, agua, internet por un espacio del que no voy a recibir nada, porque está completamente cerrado, pues no tenía mucho sentido".
Aunque compañeros del gremio están a la espera de que la situación cambie a finales del mes, Martha optó mejor por irse a lo práctico y pensar a futuro, y es que, sin conocer las repercusiones reales que pueda traer consigo la pandemia, prefirió mejor ahorrar gastos que consideró innecesarios y enfocarse en otra estrategia que le permita no perder su única fuente de empleo, en caso de que las medidas de aislamiento se extiendan.
"Lo que hice fue despedir al contador y pedirle que me diera de baja en el SAT. De ahí, he tratado de sacar venta a través de amigos, las redes sociales, y lamentablemente aunque uno no quiera salir de casa se arriesga a entregar productos hasta donde te pidan, porque de alguna u otra forma tiene que salir".
Agregó que no le queda de otra más que moverse tanto como pueda de esta forma, ya que la ayuda proporcionada por autoridades estatales no es suficiente ni mucho menos pareja para todos ellos como comerciantes pequeños. Consideró que en ese aspecto no existe una disposición real, ya que son muchos quienes –como ella- saldrán perdiendo en caso de que la situación se agrave.
"Creo que lo de la ayuda es un circo. Los requisitos para poder tramitar el apoyo que ofrecen son imposibles; por ejemplo yo sí estoy dada de alta en el SAT, pero muchos no y de ahí ya están descartados. En otro punto, aunque fuera pequeña empresa, debía tener trabajadores, y tenerlos dados de alta en el seguro. Yo le intenté pero nunca recibí respuesta, y por otro lado lo que ofrecían sí era poco, ya que con 5 mil pesos mensuales yo solo cubro la mitad de los gastos del local, ni siquiera es para vivir".
Lamentó que no existan apoyos reales en cuanto a condonación de luz, agua o rentas, pues si la emergencia sanitaria se alarga, las afectaciones serán en demasía a toda la cadena de producción. Por lo pronto, y con las debidas medidas preventivas, ella continuará con sus ventas en calle para poder subsistir.