Fue un error, no una venganza política, considera el exdirigente del PAN, Antonio Gloria Morales, que -como sea- considera que la experiencia de vida, de su detención y 16 días en prisión, es “una experiencia que a nadie se la desea”. Ahora, asegura, estará desde el exterior buscando demostrar su inocencia. Él depositó 300 mil pesos prestados para garantizar su libertad.
“Mi pecado fue presentarme a una junta de gobierno a hablar políticas públicas para los jaliscienses migrantes”, refiere, para de esa manera justificar su presencia aquél día, cuando resolvieron el futuro de la casa Jalisco, en Chicago, que terminó con la compra de una finca en 3.5 millones de dólares, cuando -según peritajes- su valor real es de 1.5 millones de dólares.
Gloria Morales -conmovido por lo que ha pasado- resalta definitivamente los momentos por los que ha pasado y resalta el lado humano -antes que el político y el jurídico- como “una experiencia a nadie se le desea, detenido en la calle, esposado y subido en una camioneta, cuando uno no sabe si son buenos o son malos. En lo que cabe -aclara- se portaron amables”.
Narra quizás lo que fue uno de los momentos más difíciles: El ingreso al complejo penitenciario de Puente Grande.
“Fue una experiencia fuerte, difícil, intensa que no se le desea a nadie”. La solidaridad de su familia y sus amigos lo mantuvo firme y ahora en libertad, luego que apenas el lunes le habían vinculado a proceso, adelanta que “voy a demostrar mi inocencia y gracias a Dios desde afuera”.
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DE TESTIGO A ACUSADO
Confirma que de testigo pasó a acusado. “En esa operación yo no tuve nada que ver, no tenía esas atribuciones, no parte de Jaltrade, no tenía facultades para decidir si se compraba una u otra finca”.
Recuerda que a la propia Fiscalía fue citado como testigo en marzo de 2018 y lo hizo voluntariamente “y la declaración por el personal ahí presente, que se me hizo, es que no tenía ninguna responsabilidad y estuviera tranquilo”.
Hoy nadie le da argumentos, “entiendo que tanto en la orden de aprehensión como el auto de formal prisión que tenía responsabilidad por un oficio como coordinador de políticas públicas”.
Antonio Gloria no cree que haya algo más de fondo, “quiero pensar que hubo un error y que alguien proporcionó mal la información”. Se le pregunta si pudiera tratarse de una venganza política: “No puedo pensar una revancha contra mi, no creo haber generado enemigos” y recuerda, además, que hace siete años que dejó esos cargos, por lo que considera que para estas fechas no procedería ninguna revancha en contra mía”.
Hoy ya piensa en salir adelante y “reponerme de este golpe no solo en lo emocional, también en lo familiar, sino en lo profesional también, vamos a buscar como salir adelante no tengo enemigos”.
Habla sobre su relación con el actual gobernador Enrique Alfaro, “no lo apoyé en su campaña al gobernador. Antes yo estuve en la campaña de Josefina Vázquez Mota. tuvimos proyectos comunes y logramos hacer cosas, y la relación personal fue y creo que sigue siendo buena, la relación no es mala, no ha habido situación de roce que pudiera poner en la mesa para el análisis”.
Dice que mantiene buena relación con todos los panistas, “el licenciado Francisco Ramírez Acuña hizo públicas algunas declaraciones, lo que agradezco, sobre mi presunción de inocencia; con Emilio González y Herbert Taylor me sigo reuniendo, aunque ellos están cada vez más distantes del partido; con Gustavo Macías (diputado) mi agradecimiento porque siempre tuvo palabras de aliento y de exigencia que esto se aclare, porque presume mi inocencia”.
Chécalo:
Destaca que “todos ellos saben como me conduje en el servicio público y para todos fue una sorpresa”.
Su libertad la obtuvo con el depósito de 300 mil pesos como garantía y “fue gracias a la generosidad de un buen amigo, que hizo el favor de proporcionármelo en lo que dure ese proceso”.
Antonio Gloria, que llegó a ser secretario de educación, se dedicaba actualmente a realizar asesorías y consultorías; tuvo un negocio de servicio de verificación vehicular a flotillas, que se cerró al culminar este programa, ¿volver a la política?, hace una pausa, guarda silencio, y expresa que “después de estos modos, no quedan muchas ganas… pero sigo siendo panista”.