Un derrumbe en la casa de don Salvador Álvarez Medina, le impide poder pasar a las recámaras de su vivienda, las cuales también sufrieron daños a causa del sismo del 19 de septiembre, por lo que ahora duerme detrás de la puerta o de plano en la calle en un camastro.
Él durante 47 años fue joyero y técnico en reparación de relojes, su negocio lo tenía en la calle Revolución, en el Centro de Tecomán; sin embargo, al perder parcialmente la vista, ya no continuó con esa actividad.
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Al fondo de su local también estaba su casa, pero con el temblor la barda de un inmueble contiguo colapsó y ocasionó un derrumbe en la casa de don Salvador, que le impide el acceso a la parte donde casa, sólo le quedaron intactos un par de metros cuadrados.
"Me tumbó todo, quedó todo destruido. No me dejó nada bueno. Era todo de lámina y colado, hasta el fondo. Por el derrumbe y por el peligro ya no puedo pasar a mi casa".
Él pese a la tragedia, procura verle el lado positivo a la vida para que su ánimo no se desmorone también.
"Todo está perdido, pero hay que esperar a ver qué pasa y volver a echarle ganas, lo importante es que está uno con vida. Lo material de algún modo va y viene, pero la vida no. Por ese lado me siento tranquilo".
Al perder su patrimonio, sólo tiene la opción de dormir en la calle o atrás de la puerta con la esperanza de que ya no se generen más réplicas que dañen ese espacio.
"Aquí me la paso. Duermo en la calle desde el sismo del 19. La noche del miércoles me metí a dormir atrás de la puerta, eran la primeras horas del jueves cuando me agarró otra sacudida. Me arrepentí, pensé 'para qué me metí, no pensé que fuera a temblar', me volví a salir", contó entre risas porque ya prefiere tomarlo con humor.
Cuenta que la situación lo hace no poder dormir y ello en el día le perjudica porque se siente desvelado. Salvador, ya presentó el reporte de daños y está a la espera de que las autoridades le informen si será beneficiario de algún apoyo para volver a levantar su hogar.
