La independencia de las y los hijos deja un vacío en el hogar, una situación que agrava la salud mental de las madres y padres de familia; su duelo va acompañado de tristeza, irritabilidad, angustia, miedos y depresión, conocido como Síndrome del Nido Vacío.
A pesar de la afectación emocional, principalmente en las madres de familia, evitan acudir con un especialista para recibir atención psicológica y comenzar a sanar su duelo y poder abrir un espacio para vivir con tranquilidad su soledad.
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Duelo y soledad son dos palabras que se conjugan en los hogares de las familias de Jalisco para estos casos.
A 24 horas de que Pilar de 23 años viaje a Estados Unidos por motivo de trabajo y de estudios profesionales, su mamá Lorena Mata comienza a sentir los síntomas del Síndrome del Nido Vacío, quien al momento de narrar su vivencia, tiene tos, la voz se le corta y comienza a tener taquicardias como parte de este proceso.
Aunque Lorena desconoce que presenta este síndrome que es tan frecuente en las familias, principalmente cuando se tiene dos o tres hijos y comienza a salir de casa para independizarse, casamiento o viajes, no ha pensado en acudir con un especialista para aligerar el inició de una soledad.
“Me siento triste, tengo un nudo en la garganta y todo el tiempo estoy llorando sin saber porque; sabía que mi hija algún día se iría de la casa para iniciar su propia vida pero ahora que llegó el momento no sé qué hacer, me siento desesperada y triste”.
La desesperación y tristeza de Lorena ha hecho que tenga discusiones frecuentes con Pilar, ambas saben que es por el viaje. “Sé que va a regresar, pero aun así no lo asimilo ¿Ha pensado acudir con un psicólogo? no, porque sé que será pasajero y todo saldrá bien. Ya lo viví con mi hija mayor que se casó hace diez años pero no es igual, hoy me duele más”.
La situación que atraviesa Lorena es similar a otras madres de familia o padres de familia. Platica la psicóloga Alejandra Martínez que es una forma de vida, de cambio a la relación habitual por lo que los lleva a un proceso de duelo.
¿Qué se debe hacer cuando se enfrenta a este duelo de independencia de las y los hijos?
Uno, dar espacio para toda esa vivencia y expresar las emociones: “Permitir sentir, experimentar la tristeza, expresar la tristeza, el enojo, el miedo, la incertidumbre y expresarlos como la persona lo esté necesitando; ejemplo: el enojo hacia los hijos ‘por qué quieres irte o me estas dejando’”.
Dos, una reorganización de la vida. “Va a implicar un proceso de cambio en donde la persona tiene que encontrar un estado más equilibrado, donde va haber una serie de cambios de lo que antes era a su nueva realidad, todo esto es una reconstrucción”.
De no llevar estos dos pasos puede exacerbar el estado de ánimo, advierte la profesora en la Clínica de Atención Psicológica Integral para el Bienestar (CAPIB) en el área de atención de primeros auxilios psicológicos del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Universidad de Guadalajara (UdeG).
“Sí puede llevarlos a mayores complicaciones, puede desarrollar depresión, trastornos de ansiedad; sí se puede llegar agudizar cuando no se está dando el espacio para trabajarlo como lo necesitaría”.
Ante la etapa de la separación de las hijas e hijos es importante que los progenitores comiencen a hacer conciencia de que en algún momento de la vida llegará la fecha en que partirán para iniciar su propio camino.
El cortar el cordón umbilical de una forma consciente, mencionó la especialista en salud mental, que las y los hijos podrán iniciar un camino seguro y sabrán tomar sus propias decisiones.
“Si hacemos bien nuestra tarea como padres, como madres, la autonomía de los hijos es algo que va a ocurrir en algún momento porque parte de las funciones como madres y padres es llevar y encaminar a nuestros hijos a que sean más autónomos a que sean independientes y que sean capaces de resolver conflictos, y con el apoyo que se requiera a la distancia”.
La psicóloga Alejandra aclaró que este asunto familiar no es solo de género, las mamás y los papás viven este proceso cada uno tiene su forma de expresar y sentir sus sentimientos; aunque las cuestiones culturales, sociales e históricas del rol de la crianza, el Síndrome del Nido Vacío es más característico en las madres de familia.
“Esto porque toda la vida de la mamá está enfocada a cuidar de los hijos y llegan a tener culpa cuando se van, su vida entera se vuelven los hijos”.
Para prevenir el Síndrome del Nido Vacío es importante también ir haciendo espacios individuales o de pareja en casa, es decir antes de que llegue la separación con las hijas comenzar a tener momentos solos o con la pareja, salir a un parque, acudir con alguna amiga o amigo.
“A manera que cuando llegue el momento cuando los hijos se van, podamos tener otras áreas de nuestra vida también fortalecidas, que nos van a dar soporte para ese momento”.
El día llegó, las y los hijos se van, mamá y papá se quedan solos en casa, para aligerar el nido vacío dependerá de que hoy comiencen a fortalecer su independencia, su estado de ánimo y sobre todo acompañar el duelo con un profesional de la salud mental y con redes de apoyo.
