"Yo busco a mi hijo, él desapareció el 5 de mayo del 2013 y no he sabido nada de él. Desapareció del bautizo de su niña. Fuimos a misa, bautizamos a su niña y salimos, nos fuimos a la terraza de Santa Anita, camino viejo a Colima. De ahí mi hijo salió con el patrón y ya no regresaron ninguno de los dos, iban en una camioneta negra y nadie los ha visto", platicó María Isabel Alvarado Toscano.
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De 23 años cuando desapareció, Héctor Hugo Camaño Alvarado tiene en casa a una nena de 9 años que todavía lo espera. Su madre, María Isabel, relata lo difícil que ha sido para ella y toda su familia todo esto que jamás imaginaron vivir, lo cual se vuelve más doloroso para estas fechas no solo porque no hay nada que celebrar como madre, sino porque el próximo 18 de mayo su hijo está por cumplir 32 años.
"Encuentran fosas, encuentran cuerpos y nos arrimamos al Semefo para ver si hay alguno que sea identificado, que tenga los lunares, el tatuaje o la cara a ver si es mi hijo, pero hasta la fecha nada. Es un luto permanente. No sé si está muerto, pero es como si estuviera, porque estás esperando, con la incertidumbre de cuándo lo voy a encontrar. Es un dolor que no se le desea a nadie", dijo.
Ante el "monstruo" que significan las instituciones para cualquiera, sobre todo en quienes por el dolor y la pena no saben qué tienen hacer para buscar a sus desaparecidos, madres se enfrentan con pesar a los nulos avances en las carpetas de investigación, y es que, aunque a unas más que otras se les mantiene informada, el común denominador de todas ellas es que prácticamente se sienten desamparadas.
Peregrinar en instituciones
"Recuerdo que primero fue la llamada al Ministerio Público, buscar en Locatel, en hospitales, en las comisarías, en todas partes. Fui a Fiscalía, de ahí al Semefo para el estudio de ADN, y en ese proceso vi a un grupo que se juntaban, FUNDEJ. Iba empezando y no sabía qué hacer, y de venir cada semana a búsqueda y en ese transcurso una compañera de FUNDEJ estaba esperando que nos atendieran en búsqueda y pedí orientación", refirió Bertha Aguilar Martínez.
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La pena que le embarga es doble pues el mismo 19 de enero del 2021, pero en diferentes hechos, su esposo Hugo Gómez Hernández (45 años) y su hijo Jaime Gómez Aguilar (19 años) desaparecieron en Tesistán. Mientras el primero salió temprano a trabajar como siempre, como chofer del transporte público, el segundo salió por la tarde para visitar a su novia con la cual nunca llegó.