Prohibir los “vapeadores” cigarros electrónicos no protege la salud de las personas que usan este tipo de dispositivos, principalmente en la juventud.
El diputado federal por Movimiento Ciudadano (MC) Sergio Barrera presentó de nueva cuenta la iniciativa que busca regular este tipo de productos en el país al señalar que la cultura prohibicionista ahonda la problemática de consumo de estos dispositivos en vez de resolverla.
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“A pesar de la prohibición, estos dispositivos siguen estando presentes y al alcance de todos, particularmente de jóvenes menores de edad”.
El diputado por el distrito XIII de Zapopan, Jalisco insistió en que la salud de quienes consumen estos dispositivos en el mercado ilegal se encuentra en riesgo, al no estar regulados, no hay información que dé cuenta de las sustancias que se utilizan para su fabricación.
“Adicionalmente esta política prohibicionista es dañina para la economía y para la protección de garantías individuales, la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró su inconstitucionalidad; por otro lado, no perdamos de vista algo importante, la regulación de estos dispositivos generaría hasta 12 mil 748 millones de pesos anuales extras en recaudación” señaló.
El legislador mencionó que cerrar la puerta a la regulación con la idea inhibir el consumo sucede lo contrario, continúa extendiéndose, principal en las personas menores de 18 años.
“Se estima que el aumento en el consumo de estos dispositivos fue de 100 mil por año, esto del 2016 a 2021. Cifras no oficiales señalan que en la actualidad hay cerca de 2 millones de consumidores de estos cigarrillos electrónicos en México”.
Checo Barrera denunció que ante la falta de argumentos fehacientes que soporten la prohibición de los dispositivos por parte de las políticas públicas federal, frente a la regulación del cigarro convencional y el consumo de tabaco a combustión (el humo del cigarro) la Cofepris ha optado por usar argumentos vertidos en programas como la “Rosa de Guadalupe”, careciendo de rigor científico.
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“Esta es la segunda vez que presento esta iniciativa (...) hay un amplísimo número de personas que los utiliza, que hoy los consigue en el mercado negro y que no por la prohibición lo ha dejado de consumir. Por eso es mejor regular, así, por lo menos, quien decida utilizar estos artefactos podrá saber a ciencia cierta cuál es el daño que le causa a su salud y cuáles son las sustancias que lo componen, así como quién y en dónde se fabrica”, concluyó Barrera.
