En la Misa de Resurrección, el cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, desde la Catedral Metropolitana y sin fieles como lo exige la Emergencia Sanitaria por el Covid-19, manifestó que todas las iglesias de Latinoamérica y el Caribe se unieron para orar y pedir que cese la pandemia del Coronavirus-Covid-19.
A las 12 horas, el cardenal Robles Ortega ante la imagen de la Virgen de Guadalupe al igual que lo estaban haciendo en otras iglesias de Latinoamérica pidió su intercesión para que desapareciera la pandemia que afecta a la humanidad.
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"Hoy en medio de que lo que sufrimos como humanidad, todas las iglesias de Latinoamérica y del Caribe nos vamos a unir en el Tepeyac espiritualmente en torno a nuestra madre Virgen de Guadalupe, le queremos pedir toda la Iglesia de Latinoamérica y el Caribe a nuestra madre y Reina de Guadalupe que interceda para que cese en el mundo esta pandemia, queremos pedirle por todos los enfermos que ya padecen esta enfermedad, para que recuperen la salud, pedirle que interceda por todos los que ya han muerto y por todas las familias que lloran ya la ausencia de sus seres queridos muertos. Interceda por todo el personal, especialistas en la salud, por todos los voluntarios y que Interceda también por nuestras autoridades para que tomen las mejores decisiones para salir adelante de esta enfermedad".
Principalmente, pidió también para que a todos los seres humanos "nos llene de espíritu de fe, de fraternidad, de responsabilidad para que cuidemos todos de todo, para que nos cuidemos unos a otros como verdadera familia y verdaderos hijos de ella nuestra madre. Y vivir este momento de comunión fraternal".
En la homilía, el Arzobispo de Guadalajara señaló: "Todo este mal que aqueja a la vida humana no es lo último, no es lo último, pongamos el peor de los escenarios, supongamos que está enfermedad nos hace desaparecer como humanidad, pues no es lo último, Dios nos ha rescatado ya en Jesucristo, nos ha devuelto a la vida plena de él; nos ha llamado y destinado a la vida con él, a la vida verdadera , a la vida plena, por lo tanto la fe está hermanada estrechamente con la otra virtud de la esperanza".
La fe es una luz y la esperanza es un horizonte nuevo, que da paz, serenidad y plenitud, agregó. "La fe en Jesucristo resucitado nos da una nueva visión sobre el mundo, la historia y acontecimientos. Todo lo que nos rodea y lo que nos espera al final de la vida y de la historia".
Quienes no han recibido el regalo del don de la fe, pídanlo con humildad y constancia, oren con humildad para recibirlo de parte de Dios. No es lo mismo vivir la vida con fe en Jesucristo resucitado a vivirla sin la fe, ya que nada tiene sentido, no tiene explicación, todo es duda, todo es temor y pérdida de sentido", refirió .