“Ahí va el fosfo, fosfo”, dijo entre risas, una chica que estaba cerca de el stand de Editorial Porrúa, a donde llegó el precandidato presidencial, Samuel García.
De esa manera, varias personas se acercaron para ver al político regiomontano que visitó Guadalajara con motivo de la Feria Internacional del Libro (FIL) para presentar el libro “Federalismo Mexicano, qué tenemos y qué necesitamos para concretarlo realmente”, de su autoría y donde hace referencia al centralismo que existe en México.
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En medio del tumulto de enemistas y algunos otros simpatizantes, cuestionó que el 80% del presupuesto nacional se queda en la capital del país, por lo que habló de la necesidad de hacer un convenio fiscal.
Cuestionó también aspectos de seguridad y habló de la necesidad de tener una policía civil y sacar de las calles al ejército, como ahora ocurre.
Dijo que el objetivo es apostarle a la juventud, que representa más de la mitad de la población y a ellos les pidió “imponer ideas”.
De esa manera, lo que sería la presentación de un libro se convirtió en un acto de pre campaña, donde enumeró las acciones en Nuevo León durante su periodo y la llegada de Tesla.
Habló de la reubicación de empresas, conocida como Nearshoring, de los incentivos para la inversión y del apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas, como ocurre en países de primer mundo.
“La grandeza de Mexico es pensar en tener las mejores empresas aquí, dando los mejores empleos para que todas las familias tengan patrimonio y eso es lo que se consigue en estados que cambian el chip”.
Reconoció temas que afectan al estado que gobernó, como la escasez de agua y ahí agradeció el apoyo del gobierno federal, pero en temas de seguridad agregó: “ni abrazos, ni balazos”.
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