Y así, resultado de esa mafia que no tiene fronteras se han registrado robos en diferentes estatuas icónicas de Guadalajara que han hecho historia. Sin duda alguna la más difundida fue la del robo del “niño meón”, uno de los cuatro que forman parte de una fuente localizada en Plaza Tapatía y que ha sufrido dos robos, uno de ellos en 2012 y otros en 2020. La primera vez se llevaron a uno de los “niños meones” casi del tamaño natural que de un niño humano.
Fue el 1 de abril del 2012 y lo hallaron precisamente en una chatarrera, cuyo dueño pagó mil 500 pesos por ella. Por fortuna se recuperó antes de que se fundiera. En julio de ese mismo año fue detenido un sujeto portando una pieza de esta fuente que había sido literalmente arrancada. Y ya en 2020, el 15 de mayo, ocho años después, usaron aparentemente un soplete para arrancarlo del piso.
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Varias cámaras captaron como un solo sujeto lo arrancó del piso y se lo llevó arrastrando hasta la avenida Juárez, sin embargo antes que sus cómplices pasaran por él pasó por la zona una patrulla, el ladrón se asustó y optó por abandonarla. La creatividad e imaginación de los ladrones para realizar estos hurtos van desde llegar con el soplete o con herramientas para lograrlo.
Otro de los sucesos que han generado indignación es el saqueo de las estatuas Las Tres Gracias, del escultor Sergio Garval. La obra costó al Ayuntamiento de Guadalajara 12.1 millones de pesos y fue la más cara del Programa de Arte Público impulsado durante el trienio de Enrique Alfaro Ramírez, donde se invirtieron más de 60 millones de pesos. Las puede encontrar en el camellón central de la avenida Lázaro Cárdenas, donde le dan la bienvenida a quienes llegan a la ciudad procedentes de la Ciudad de México y se compone la obra por tres figuras que representan las tres hijas de Zeus: Talía (”La Abundancia”); Eufrósine (”La Alegría”); y Aglaya (”La Belleza”).
Sin embargo, con el tiempo han ido perdiendo las figuras que eran parte de indumentaria como supuestas alhajas y parte de sus ropas, hechas a base de bronce.
Guadalajara, ciudad ¿segura?
Aunque el alcalde Pablo Lemus ha presumido que Guadalajara es una de las ciudades más seguras de la metrópoli donde las personas pueden andar seguras y han salido de los primeros lugares del ranking Nacional de ciudades inseguras.
Ni las diferentes policías, su tecnología, autos modernos y cámaras de videovigilancia han logrado detener los robos de partes de figuras y vandalismo que los malos ciudadanos provocan a las estructuras que enmarcan a héroes patrios o personajes que contribuyeron al desarrollo de la ciudad.
Registros, nomenclaturas, bolardos, cableado y de más entran en el mantenimiento que la dirección de mejoramiento urbano debe de brindar. Y pese a no contar con un padrón de las afectaciones de estos basta con dar una vuelta por los espacios turísticos de Guadalajara para notar que la seguridad no se encuentra del todo bien, sí en espacios vigilados desarman esculturas y monumentos que representan a la ciudad .