Los recientes casos que se han presentado en menores en varias partes del país como Jalisco, en torno al reto clonazepam, llaman a cuestionar a la sociedad sobre cómo no se está cuidando a los adolescentes, consideró Beatriz Corona Figueroa, coordinadora del Comité de Investigación del Decanato de Ciencias Sociales, Económico y Administrativas de la UAG.
El reto, que comenzó como tendencia en Tik Tok, consiste en el consumo de este medicamento controlado para incitar a los jóvenes a mantenerse despiertos para ganar. En este sentido, hace un par de días se presentó un caso en Jalisco con cuatro adolescentes de la Secundaria Técnica 43, por lo que la investigadora no dejó de advertir los peligros de ingerir medicamentos sin receta.
Por si no te enteraste:
Refirió que esta peligrosa práctica suscita el análisis de sus orígenes como sus consecuencias, ya que los adolescentes están a merced de las redes sociales sin una supervisión paterna, generando en algunos la necesidad de aprobación con este tipo actividades.
Manifestó que el que este tipo de medicamentos estén altamente disponibles refleja un problema de otro nivel, y señaló como preocupante la tendencia en adolescentes en encontrar diversión en actividades peligrosas cuando retos como estos que están de moda pueden desencadenar otros problemas.
Como ejemplo, puso el caso de las adicciones, ya que el clonazepam genera dependencia y síndrome de abstinencia rápidamente.
"La lista podría continuar, pero cada uno de los elementos de este pequeño listado genera un importante cuestionamiento a la sociedad actual que no está cuidando a sus adolescentes y que no les ayuda a enfrentar el verdadero reto que es la vida con sus complejidades y sus alegrías".
Añadió que los medios electrónicos con los que crece la "Generación Z" y las competencias digitales que los adolescentes desarrollan para utilizarlos no suplen en ningún modo algunas competencias emocionales para enfrentar sentimientos como el dolor, la ira o la ansiedad, de ahí la importancia de prestar atención a este fenómeno.
"Estas tendencias pueden ser tanto o más contagiosas que un virus y son a la vez origen, síntoma y consecuencia de un problema más profundo. Quizá estemos a tiempo de detenerlas", concluyó Corona Figueroa.