Las recientes lluvias generaron optimismo entre los agricultores de maíz y su cadena productiva en la Región Ciénega, donde esperan una buena cosecha.
Datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) refieren que en Jalisco se cosecharon 4.5 millones de toneladas de maíz forrajero en 2023.
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Esas cifras colocaron al estado en el primer lugar en producción, a pesar de la sequía y 3.5 millones de maíz en grano y para este 2024 esperan superar esa cifra.
La región también destaca con otros cultivos en la temporada de invierno como trigo, cártamo y garbanzo, estimando que si el temporal continúa positivo, los productores de la región cosechen entre 10 y 12 toneladas por hectárea.
Un ejemplo es en el municipio de La Barca, donde se aplicaron paquetes tecnológicos que suponen varias herramientas enfocadas a la productividad, como el análisis de los suelos agrícolas, el uso de semillas certificadas, una adecuada densidad de plantas por hectárea, las técnicas de labranza de conservación y la aplicación de los drones.
Todas fueron promovidas por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) Jalisco en sus políticas encaminadas a la tecnificación del campo y a decir del asesor técnico agrícola, Giovani García, el análisis de suelos es un factor que ha cobrado mucha importancia para reducir costos en la fertilización del maíz.
En ese sentido, la SADER Jalisco a través de la Agencia de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (ASICA Jalisco) realizó una estrategia de análisis de suelo para conocer sus condiciones y reconocer sus necesidades.
Además, la dependencia estatal promovió el uso del método de cromatografía para realizar análisis de suelo que permita separar, identificar, cuantificar y calificar los componentes de la tierra, brindando a su vez asesoría a productores acerca de los componentes recomendados para mejorar su rendimiento con métodos sustentables.
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