Por incumplimientos de la empresa que tiene rentado el Rastro Tipo Inspección Federal (TIF) de Acatlán de Juárez, éste está en riesgo de ser vendido y que se pierda la importante inversión que hizo el Gobierno del estado en la administración de Emilio González Márquez, para impulsar al sector ganadero, ya que desde finales del año pasado está cerrado.
El secretario de Desarrollo Rural, Héctor Padilla Rodríguez, reconoció que es “un asunto complicado, lamentable porque hay una cantidad importante y cuantiosa de recursos públicos para que el rastro finalmente se concluyera y se pusiera en operación, pero los dueños, la empresa propietaria del rastro inició operaciones, tenía un ritmo creciente, el año pasado logró sacrificar 36 mil 116 cabezas de ganado”.
Entre las faltas de la empresa está no cumplir con la Norma Oficial Mexicana de Tratamiento de Descargas de Aguas Residuales, al no tener en operación la planta de tratamiento, tal como lo denunciaron los ganaderos, pero “hay otro relacionado a las licencias para el funcionamiento, su operación y al parecer falta el dictamen de habitabilidad de la infraestructura”.
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Es decir, son los puntos de sanciones municipales que no se le ha dado la respuesta correspondiente, ni la solución, ni los pagos parciales y no se ve la voluntad de los involucrados en darle solución al conflicto.
Lo que fue propuesto como un proyecto para impulsar las ventas de los ganaderos hacia las grandes cadenas comerciales y poder exportar su producto a otras partes del mundo, pero sobre todo provocar el menor sufrimiento en el sacrificio de los animales.
A la fecha la autoridad estatal sólo puede apercibirlos para que salgan adelante ya que desde el diseño fue de tipo privado en donde se integran un grupo importante de inversionistas, “internamente la empresa tienen problemas serios porque hay una falta de cohesión entre los accionistas, el gobierno del estado tiene una participación accionaria minoritaria y no tiene posibilidad de determinar acciones”, es una situación delicada.
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El funcionario estatal aclaró que durante la administración de Aristóteles Sandoval (que concluye en diciembre próximo) no se le inyectó recursos debido a la complejidad interna de la empresa porque no se encontró el compromiso de aportación del llamado capital líquido por parte de los empresarios.
Pero la falta de este rastro será suplida por otros que están terminando en diversas regiones del estado, y así evitar estar atados a uno de grandes magnitudes.
Por eso “optamos por rastros de escala intermedia para que los ganaderos tuvieron cerca la infraestructura de sacrificio y ésta funciona adecuadamente, con una inversión menor a lo de Acatlán. Se tiene funcionando instalaciones con carácter de infraestructura TIF como es el caso de Lagos de Moreno concluido hace tres meses, el de Arandas, el de Ciudad Guzmán, el cual tiene la particularidad de que por su plantilla laboral es un rastro de categoría rosa porque el 90% de los puestos los tienen mujeres capacitadas”.
Finalmente indicó que en las próximas semanas concluirán las instalaciones de Unión de Tula y uno en Tomatlán que incluye sala de corte y deshuese con lo que se tendrá la infraestructura suficiente para sacrificar a un Rastro TIF pero también para que empiecen a generar marcas propias y nuevas oportunidades de más mercados.
Clausurado
* Pero una serie de incumplimientos la empresa concesionaria -tal como lo dio a conocer EL OCCIDENTAL hace un par de semanas- a partir de septiembre del año pasado lo clausura temporalmente el Ayuntamiento de Acatlán.