Hablar de la figura de Jorge Herralde es hablar sobre uno de los editores que se ha encargado de configurar una de las colecciones más ambiciosas en habla hispana.
La editorial Anagrama, fundada por el catalán en 1969, cuenta con más de cuatro mil títulos que han llegado a manos de un hombre que con desparpajo cuenta que en los últimos cinco años autores de su sello han obtenido dos Premios Nobel, dos Fomentor, Premios FIL y el Princesa de Asturias.
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Se hace acompañar por Silvia Sesé, directora editorial de Anagrama desde 2015 en lo que es un cambio de estafeta generacional, aunque no deja de ser evidente que el editor español sigue siendo un referente para la industria, los escritores y, desde luego, los lectores. En el Salón Enrique González Martínez, en la Feria del Libro de Guadalajara, el emblemático personaje platicó con los asistentes sobre sus vivencias y una labor que durante 48 años le ha traído grandes satisfacciones.
Herralde, un hombre que habla con la certeza de haberlo leído todo, cuenta cómo desde su primera visita a nuestro país se dio cuenta de lo importante que resultaba expandir las miras ya no sólo a suelo azteca sino al resto de Hispanoamérica.
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“En Anagrama hemos pugnado siempre por privilegiar el interés literario sobre los intereses económicos, lo cual ha permitido que autores en los que confiamos se puedan sentir arropados”.
En relación a los nuevos talentos, tanto Herralde como la editora en jefe mencionaron que los manuscritos llegan a racimos, pero algunos sobresalen por su calidad literaria y causan una gran emoción cuando llegan sin avisar. "Basta con leer dos páginas para reconocer que ahí hay algo. Tal fue el caso de Alejandro Zambra y Juan Pablo Villalobos". La minuciosidad de Herralde es tal, que leía cada una de las presentaciones de manuscritos que llegaban a las oficinas en Barcelona. Aunque los tiempos han cambiado, aclaran, con relación al apoyo tecnológico, pero uno siempre tiene que confiar en la intuición. "Te has arrepentido de editar algún libro", le preguntan, a lo que responde sin el mínimo atisbo de duda: "Jamás", con la confianza de un editor que ha hecho un trabajo casi perfecto.
Los premios
Punto aparte merecen los premios instituidos por Herralde: el de Ensayo con 47 ediciones y que le ha sido concedido a autores como Carlos Monsiváis, José Ovejero, Fernando Savater, Juan García Ponce o Soledad Puertolás; el Premio Herralde de Novela que se entrega desde 1983 y que cuenta con títulos de Sergio Pitol, Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, Martín Caparrós, Juan Villoro, Daniel Sada, Guadalupe Nettel y muchos, muchos más que terminan siempre consagrados después de que Anagrama pone el voto de confianza sobre ellos.
En esta conferencia, se anunció a su vez la institución en 2019 del Premio Anagrama de Crónica en colaboración de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), en honor a Sergio González Rodríguez, autor recientemente fallecido y que publicara también en este sello.
Las colecciones
“Una amiga me dice siempre: es imposible entrar a una librería y evitar la fiebre amarilla”, esto en referencia a la colección Panorama de Narrativas con sus tapas de inconfundible color amarillo vainilla.
Asimismo, es innegable la importancia de la colección Compactos, que en palabras del editor “se ha vuelto una especie de contrauniversidad para los lectores”, en ella se editan las “joyas de la corona” y gracias a la cual generaciones enteras han acudido por vez primera a autores que marcan sin retorno la biografía del lector: George Perec, Roberto Bolaño, Charles Bokowski, Michel Huollebeck, John Fante, Vladimir Nabokov y cualquier cantidad de nombres que con sus portadas multicolor llenan estantes en bibliotecas públicas y privadas.
Desde luego que habría cosas que, como lector, uno podría reclamarle a Jorge Herralde: el cambio de distribución a un corporativo multinacional encareciendo el costo final de los libros, algunas traducciones que de tan malas duelen, pero en lo general uno acude a verle con un sentimiento de gratitud por esos cuatro mil títulos, por toda la cantidad de historias que ha sabido leer y compartir. Un olfato y una intuición que han acompañado al trabajo de casi cinco décadas y que convierten a Anagrama y a su fundador en uno de los visitantes más distinguidos de esta edición de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.