Locatarios del Mercado Libertad, mejor conocido como San Juan de Dios, exigen a la autoridad municipal se resuelva el añejo problema de los malos olores ocasionados por el descargadero de desechos y que afecta en especial a comerciantes alrededor de este espacio ya que no acude el camión de la basura de manera cotidiana a recoger las 12 toneladas de residuos que se generan al día.
“Tenemos años con el problema de los olores alrededor del descargadero, afecta en temas de salud, nos hemos enfermado, incluso de dengue por el agua estancada” comentó Rosa María García, locataria de la planta baja sobre la calle Dionisio Rodríguez.
Lamentó, junto con Liliana Ibarra que el turismo se lleva muy mala impresión de este icónico monumento tapatío por los olores insoportables de la basura, “es triste el turismo internacional no se quiere ni acercar, con la vergüenza de que huele horrible, se llevan esa imagen, nos da mucha pena la gente ya no pasa y no nos compran” comentó Rosy.
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Esto les afecta a muchos locatarios que debido a las bajas ventas no sacan ni para pagar la renta. Los comerciantes alrededor del descargadero piden apoyo a las autoridades municipales, porque dicen cada tres años acuden a pedir el voto y no les resuelven en serio sus problemas, incluso apoyan al administrador del mercado, Martín Campos, pues el ayuntamiento lo deja sin camión de basura por varios días y se acumula en el descargadero.
Comentaron a EL OCCIDENTAL, que los comerciantes afectados se apoyan y organizan, pero esto requiere una solución a fondo porque es un foco de infección que daña su salud con enfermedades de la garganta, gastrointestinales, dolores de cabeza, dengue, etc.
La mayoría de locatarios son personas que nacieron en el Mercado y el negocio ha pasado de generación en generación por más de 50 años, refieren siempre el mal olor ha sido un problema nunca resuelto por las autoridades. Incluso lamentaron los alcaldes en sus administraciones invierten en el Mercado; pero, no supervisan que las obras queden bien hechas.
Por ejemplo, mencionaron la pasada administración encabezada por el actual gobernador, Enrique Alfaro, les cambió el domo; “pero, el agua y el granizo se meten; ellos (autoridades) no saben cómo quedan, mal, adentro nos llueve y son muchos detalles” como botes de basura al interior del inmueble, eliminar las goteras y filtraciones, pero sobre todo les urge resolver los malos olores.