La falta de atención e interrupción del tratamiento para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en la población infantil puede desencadenar ansiedad, depresión, abuso de sustancias tóxicas o conductas desafiantes, trastornos del sueño y de la conducta alimentaria como la anorexia y bulimia.
Además, advierte el jefe del Departamento de Neurología Pediátrica en el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, Eduardo Barragán Pérez, que se corre el riesgo de presentar crisis convulsivas.
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“Esto se puede caracterizar por problemas de sueño, autoestima, llanto fácil, irritabilidad constante, falta de energía, fobia social sin ganas de salir, fobia de separación que ahorita con la pandemia hemos visto muchísimo donde lo pacientes tienen mucho miedo de volver a dejar a los papás, de dejar a la familia”.
En el marco del Día Internacional de estos trastornos, señaló que el TDAH es una condición neurológica que se caracteriza por un patrón de comportamientos que refleja inatención, hiperactividad e impulsividad en diferentes ambientes de la vida de quien lo padece.
“Estudios longitudinales en pacientes jóvenes muestran que van cambiando conforme el paciente va creciendo, los datos de hiperactividad evidentemente van a cambiar, tenemos niños escolares que están sentados en el salón y de repente está molestando al niño de a lado se sienta se sale del salón”.
En cambio en la etapa adulta, comienza a tener una variedad de distracciones, lo que resulta difícil controlar, por ello es importante, dijo el especialista tener una intervención para tener estrategias que ayude a mejorar su calidad de vida.
Los especialistas en neurodesarrollo y neuropsiquiatría señalaron que uno de los principales retos de estos trastornos es la referencia inmediata de médicos generales y pediatras con especialistas en neurología y crear una red de atención integral de información y que las niñas, niños y adolescentes reciban tratamiento oportuno.