En ruinas, así están los locales y parte de las instalaciones de la Plaza Guadalajara y en donde solo el 10% de los 300 comerciantes aún tiene esperanzas de vender algo ya que sus ingresos en el último año se vieron desplomados prácticamente a ceros, señaló la señora Isabel Peralta.
La locataria de esta plaza que se impulsó a finales de la administración de Alfonso Petersen para reordenar el comercio ambulante dijo que la plaza realmente tiene serios problemas con la filtración de agua “no tenemos agua desde hace un mes, no funcionan los extractores de aire, las cortinas ya no se pueden abrir y nuestras ventas en un año bajaron el 100%, ya no podemos soportar”.
Además, consideró injusto que a ellos los bajaron para regular el comercio ambulante y desde la administración de Enrique Alfaro Ramírez les dijeron que se podían salir de nuevo a las calles pero tenían que devolver el local, a lo que ella no accedió.
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En cuanto a los pagos que tienen que hacer son 200 pesos mensuales de derecho de uso del local, 340 de luz, más lo del agua y sin ventas es prácticamente imposible seguir sosteniendo su actividad, “la verdad nos han tenido muy olvidados y las ventas están pésimas para todos”.
En un recorrido por esta plaza realmente se puede ver el daño en las cortinas, la basura acumulada, el mal olor, lo sofocante con el calor por falta de ventilación, la humedad que les genera la fuente central de la plaza pública, falta luz y prácticamente sin clientes, por lo que piden ayuda urgente.
En el diálogo que sostuvo el Presidente de Guadalajara con la comerciante señaló que lo primero que se buscará solucionar será la parte jurídica de todos los locales que se abandonaron y aseguró que una vez que inicie operaciones la línea tres tendrán un despegue importante en sus ventas ya que circulará una gran cantidad de personas, también desconocía que desde hace un mes no había agua en ninguna instalación.