El lenguaje de los tapatíos es tan peculiar, que ya se planea elaborar diccionario para quienes radican en la ciudad y para los que la visitan, explicó Osvaldo Muñoz, conocido como “Osvaldo Monos”.
La idea de editar un texto con las palabras que caracterizan a quienes viven en Guadalajara, que van más allá del “ira”, el “edá”, el “ey” o el “sabe”, es recordar algunas que van en desuso, pero siguen siendo muy locales y surgió luego de una presentación que recientemente se hizo de la jerga tapatía, con motivo del aniversario de la ciudad.
“Estamos trabajando ya con una presentación más formal, agregándole datos relevantes y acontecimientos históricos en torno a la ciudad y personajes muy icónicos de Guadalajara”.
Entre las palabras que vienen a la memoria de Osvaldo Monos, quien trabajará el texto junto con Samuel Gómez Luna Cortés, director del Museo de la Ciudad, es “cremoso”, que hace referencia a alguien creído; “balde”, término que se le da a una cubeta; “alzar la pieza”, que se refiere a recoger la habitación; “fajo” en lugar de cinturón o “guandajo”, en referencia a quien no está bien vestido.
También los diminutivos, que son muy característicos en el lenguaje tapatío. “En Guadalajara tenemos la peculiaridad de hablar con diminutivos... Queremos abundar en algunas otras cosas y hacerlo con más interés”.
De acuerdo con Osvaldo Monos, en la jerga tapatía hay cerca de cien palabras, pero casi cuarenta muy vivas y aplicables en el lenguaje común de quienes radican en Guadalajara, a las que buscarán incluso la etimología.