El narcomenudeo, delito al que hoy se le achaca una guerra en las calles, se perdió, casi se borró de las estadísticas, durante seis años, cuando pasó de ser delito federal al fuero común, pero en realidad se hizo invisible y hoy se pone en evidencia como causa de la mayoría de las ejecuciones donde de paso se cobra la vida de personas inocentes e incluso niños -mal llamados en el pasado “daños colaterales”- y en siete años son ya más de 22 mil denuncias en el fuero común.
Nunca se frenó. Dejaron de darse las denuncias ante la entonces Procuraduría General de la República, mientras crecía en el fuero común, donde el más del 68% de esas denuncias se concentraron en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
UN DELITO QUE SALIÓ DEL FUERO COMÚN
Es en el 2009 cuando a iniciativa del entonces presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, se decide que la modalidad de narcomenudeo en los delitos contra la salud, salga del catálogo de delitos del Código Penal Federal y pase al fuero común, se dio así el Artículo 1 transitorio del decreto que reforma, adiciona y deroga disposiciones de la Ley General de Salud, del Código Penal Federal y del Código Federal de Procedimientos Penales, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 20 de agosto del 2009.
El cambio no era de la noche a la mañana, tenían que empezar a conocer los agentes del Ministerio Público y jueces del fuero común del delito de narcomenudeo, poco a poco, mientras fiscales y jueces a nivel federal dejaban de conocer de ese tipo de casos. En el último año donde el fuero federal conoció del narcomenudeo se presentaron cuatro mil 88 denuncias.
Aún con todo y ello, hubo resistencia, hasta que el 2 de octubre 2011 la Primera Sala de la Suprema Corte determinó que los jueces del fuero común eran absolutamente competentes para resolver sobre delitos contra la salud en la modalidad de narcomenudeo, siempre y cuando no se trate de destrucción de narcóticos ni la clasificación de delitos graves para otorgar libertad provisional.
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SE VOLVIÓ INVISIBLE
El delito de narcomenudeo nunca desapareció, sólo “cambió de piel” y eso se puede observar en ese mismo 2012, cuando si bien siguieron las denuncias en el fuero federal (cuatro mil 88), por otro lado en el fuero común sumaron dos mil 664.
Mientras en la PGR bajaban los casos de narcomenudeo en los siguientes años, en el fuero común aumentaban, pero con poca, muy poca posibilidad de éxito en las investigaciones. Pocas detenciones se han hecho hasta ahora.
En el 2016, por ejemplo, se llegó a solo 20 casos de narcomenudeo en el lapso de un año. Hasta ahí fue a la baja, porque en el 2017 se dieron 26 casos y en el 2018 otra vez sumaron 86.
Caso contrario a lo sucedido en la fiscalía de Jalisco donde desde el 2013 ya sumaron cinco mil 986 denuncias por narcomenudeo, cinco mil 840 en 2013, en 2015 llegaron hasta cinco mil 997, en 2016 bajó a dos mil 226, sin una explicación clara.
Los últimos años el delito fue a la baja notoriamente y cuando las calles se inundaban de drogas no sólo como la mariguana y la cocaína, sino como “el cristal”, las metanfetaminas y el fentanilo, durante 2017, 2018 y lo que va de 2019, se presentaron mil 287, 371 y 402 denuncias, respectivamente.
En materia federal casi también se extinguió. En 2017 sumaron 26 mil, en el 2018, 66 y en lo que va del 2019 sólo dos.
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Y AHÍ ESTABA…
Sin embargo, el narcomenudeo continuó, se convirtió en la principal actividad en las calles de una Zona Metropolitana de Guadalajara más adicta -el número de jóvenes consumidores ha aumentado- y además convirtió a adictos y no adictos, pero que querían ganar dinero fácil, en distribuidores.
La guerra por ese mercado ha desatado las ejecuciones, muchas de las cuáles responden a un “ojo por ojo….” y es por ello que se ha atentado contra familias enteras, llevándose por delante a mujeres y niños. Pero, más aún, la actividad ha involucrado a madres, esposas e hijos.
La asociación Semáforo Delictivo consideró que el 80% de los homicidos cometidos en México y Jalisco tienen que ver con el narcotráfico.
Es evidente que también los llamados “levantones”, las llamadas “casas de terror” donde torturan y convencen a jóvenes a pasarse a sus filas y traicionar a los jefes, y las fosas clandestinas, llenas de aquellos que nunca cedieron o que de plano “ya estorbaban” al grupo contrario.
Para la federación, entonces, el narcomenudeo fue a la baja, mientras que en los estados aumentaba el delito y con ello la impunidad.
AÑO | Denuncias Fuero Federal | Denuncias Fuero Común |
2012 | 4088 | 2664 |
2013 | 144 | 5986 |
2014 | 58 | 5840 |
2015 | 54 | 5997 |
2016 | 20 | 2226 |
2017 | 26 | 1287 |
2018 | 66 | 371 |
2019 | 2 | 402 |